Antonio José Acosta es nativo del municipio Antolín del Campo. / Foto: GÉNESIS VELÁSQUEZ.

9 Abr, 2016 | “Una pesca productiva”, así fue como el pescador Antonio José Acosta, de playa El Tirano, calificó el resultado obtenido de la faena durante esta semana, que le reportó unos cuantos kilos de diversos frutos del mar.

La mayoría de los viajes que emprendieron fue a poco menos de una milla de la costa, cerca de Puerto de El Tirano, en el municipio Antolín del Campo.

Experiencia

Durante visita del equipo de SOL DE MARGARITA en la zona, este hombre margariteño de piel morena y ojos oscuros expresó gran orgullo por el trabajo que por años ha venido realizando en el mar. Confesó que desde los 7 años de edad su padre, Domingo Acosta, lo llevaba con él “para que lo acompañara mientras pescaba”. Recuerda que aguantaba frío, agua y los golpes del bote, que eran producto del oleaje.

Recordó que las primeras travesías con su padre fueron hacia Los Frailes. “Salíamos a las dos de la mañana, él me hacía una cama en el bote para que yo durmiera y llegábamos a las ocho de la mañana a tierra después de la faena”.

De adolescente

A sus 16 años ya sabía defenderse en una embarcación para ir de pesca. Al igual que él, dos de sus 25 hermanos escogieron dedicarse a la pesca como oficio de vida. Su padre les compró a cada uno de ellos un peñero para que trabajaran de forma independiente, “la mía se llamaba ‘El Madrecita’ y lo tuve por mucho tiempo”.

Siendo un poco más adulto adquirió por su propia cuenta las embarcaciones “Mi Cruz” y “El para conmigo”.

En la actualidad

Después de tantos tiempo madrugando para salir a pescar, hace siete años decidió retirarse un poco de la actividad y “ahora, cuando voy al mar es a enseñar a los más jóvenes a llevarlos a los puntos donde se encuentra la pesca”.

Pilar de la familia

Acosta dijo que el trabajo de la pesca le ha permitido levantar con gran esfuerzo a su familia y hacerlos sentir que estén cómodos. Tiene 27 hijos, la mayoría varones, que también se dedican a trabajar en altamar.

Anécdotas

“En el mar también se choca los peñeros como los carros, porque en la madrugada no se puede fondear con luces encendidas por la seguridad de todos los que van en la embarcación, lo que hace que en ocasiones los peñeros se volteen, en lo particular nunca pasó más allá de caernos todo el equipo al mar”, relató Acosta, mientras hacía memoria de aquellas experiencias que han marcado su vida como pescador.

“Antes, cuando no se utilizaba GPS, los compañeros de bote y yo le indicábamos a nuestras parejas adónde uno iba a levar las nasas y le decíamos que si no regresábamos a tal hora era porque estábamos varados en medio del mar y todavía si ellas ven que uno no recala temprano, se desesperan y se preocupan mucho”.

Encomendados

Por fe y devoción este pescador margariteño acostumbra encomendarse a Dios y a la Virgencita del Valle antes de emprender el rumbo de una travesía mar adentro.

Otros oficios

Además de ser pescador artesanal, lleva 30 años de su vida dedicándose a trabajar la artesanía y 17 años a la mecánica automotriz.

Reveló que aunque no dedica tiempo completo a estas otras habilidades, para él tiene una gran importancia y trata siempre de hacer el mejor trabajo posible para satisfacer a sus clientes y sentirse bien consigo mismo por su desempeño.

Rancherías

Un grupo de pescadores de playa El Tirano aprovechó la visita del equipo reporteril
del diario SOL DE MARGARITA a la zona y denunció que llevan años guardando sus
enseres de trabajo en unas rancherías, las cuales se encuentran en pésimas condiciones estructurales y que no garantizan la seguridad de sus artes de pesca y equipos.