Siempre es recomendable acudir a un nutricionista, para que sea un experto quien te recomiende la dieta. / Foto: CORTESÍA

17 Mar, 2016 | La clave está en descartar las dietas exprés.

¿Cómo reconocerlas? Son aquellas que no vienen prescritas por médicos, que prometen perder peso de manera rápida (milagrosa) y que no están equilibradas, según explica Cosmo en Español.

1. La del aceite de coco:

Este producto tiene muchos nutrientes, así que, a priori, no tiene mucho de peligroso, pero el problema está en el exceso. Tomar cinco cucharadas al día para quemar grasa (como manda esta dieta) puede disparar tu colesterol o provocar cardiopatía por su elevado contenido de ácidos grasos saturados. Además, su eficacia no está́ probada en humanos, solo en ratones.

2. La del bebé:

Se basa en el consumo de cuatro papillas de recién nacido, diariamente con base en frutas y verduras, y una comida solidaria de carne magra y verduras. Es hipocalórica, aporta muy poca energía y déficit de micronutrientes que notarás en tu día a día.

3. La del algodón:

Consiste en ingerir hasta cinco bolas de algodón mojadas en jugo de naranja para sentirte llena. Cuidado, más allá de su composición (que puede llevar ingredientes nocivos), no comer nada más puede ser fatídico.

4. La del cubito de hielo:

No tiene restricción de alimentos, pero sorprende: después de cualquier comida tienes que masticar un cubito de hielo. Lo ideal es que a lo largo del día llegues a masticar un litro de agua helada. Bueno, para nosotras, no tiene sentido alguno.

5. La del barro (o arcilla)

Saltó a la fama entre las celebridades: para perder peso había que comer y beber barro. Lo que lees. Por no hablar de tu dentadura, esta dieta puede provocar una obstrucción en tu sistema digestivo y generar una saturación de metales en el organismo.