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30 de abril de 2024





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Pobladores añoran la seguridad de antaño en el sector Guiriguire de La Rinconada
Residentes piden auxilio a organismos competentes para que cese la delincuencia creciente en los últimos tiempos en esa comunidad. afirman que la deficiencia en alumbrado público favorece la comisión de hechos delictivos.
Luisana Ramos Pino

Foto: STEPHANY OLDAN

Pobladores añoran la seguridad de antaño en el sector Guiriguire de La Rinconada. / Foto: STEPHANY OLDAN

3 Sep, 2015 | La vida de los habitantes del sector Guiriguire de La Rinconada de Paraguachí, en el municipio Antolín del Campo, se ha tornado riesgosa; el azote de barrio es persistente desde hace algunos meses y el pueblo se encuentra desconcertado con tanta inseguridad, y la deficiencia de otros servicios públicos.

“Lo único bueno que tenemos es agua, porque la agarramos del riachuelo que viene de la montaña, del resto no hay más nada. La delincuencia está desatada en este pueblo, yo recuerdo que antes dormíamos a puertas abiertas y ya ni en el frente de sus casas puede uno estar”, expresó José Martínez.

El residente de 78 años dijo que la tranquilidad desapareció por completo en el pueblo, y que los organismos de seguridad no realizan las acciones correspondientes para cesar la incertidumbre que viven.

“Aquí tampoco hay alumbrado público, estamos en la oscurana y el aseo urbano pasa cada ocho días a recoger la basura. Vivimos entre basura, delincuencia y con la bendición de Dios”, señaló.

Los pobladores resaltaron que el factor detonante de la delincuencia desbordada en la localidad es la falta de iluminación en las vías adyacentes a la calle principal de La Rinconada.

Por su parte, Elías Rodríguez, también vecino de la comunidad de Guiriguire, manifestó que en Antolín del Campo muchos pueblos están abandonados y padecen de inseguridad.

“Estas últimas semanas se ha desorillado la modalidad del atraco por personas en moto, esos son los causantes de los robos y la hora para hacer el atraco casi siempre es después de las seis de la tarde”, puntualizó.

Agregó que no entiende por qué una población tan sana se ve perjudicada por casos de violencia, cuando la paz que reinaba en el lugar era indescriptible.

“Nosotros queremos que este pueblo sea como en épocas anteriores, donde jugar una partida de dominó en familia y con amigos en la calle no sea peligroso, pero para que eso vuelva a suceder, costará mucho”, añadió el residente.




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