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El hombre que se convirtió en millonario volando gratis por el mundo
Gracias a pequeñas "estafas" a las aerolíneas, ha logrado ser un viajero de élite.
Redacción

Foto: CORTESÍA

Ben Schlappig / Foto: CORTESÍA

9 Ago, 2015 | "Mi nombre es Ben Schlappig, y estoy obsesionado con la aviación, los viajes, y más específicamente, el uso de millas aéreas y puntos de tarjetas de crédito para elevar la experiencia de viaje".

Así se presenta en su blog un joven de 25 años que ha logrado hacer del viaje gratuíto, su vida. Gracias a pequeñas "estafas" a las aerolíneas, ha logrado ser un viajero de élite. Schlapping, originario de Nueva York, lleva 15 meses yendo a diferentes países y pasa un promedio de 6 horas diarias en vuelos. Ya forma parte de los "vividores del aire" que se identifican como "hobbyist" un término tomado de la cultura hacke y que actúan movidos por una obsesión: aprovecharse de las grietas en los reglamentos y en los sistemas informáticos de las grandes aerolíneas para volar tanto como puedan, y tan gratis como puedan.

La afición de Schlappig por los aviones surgió a una edad temprana. Cuando aún era un niño, jugaba a memorizar modelos de aeronaves y tenía como pasatiempo recitar esos "avisos a pasajeros" que escupen las megafonías de los aeropuertos.

A los 13 años descubrió la web "FlyerTalk", un foro dedicado a departir sobre trucos y estrategias para poner a prueba la burocracia de las aerolíneas con el objetivo de conseguir volar a precios de ganga, e incluso gratis. Schlappig se enganchó pronto.

Las técnicas

Un año después empezó a dominar las diferentes técnicas que le permitirían "aprovecharse de las aerolíneas": Por un lado, la explotación de los errores en los algoritmos que rigen el funcionamiento de los sistemas de venta de billetes. Schlappig descubrió que algunos "hobbyists" llegaban a programar sus propias piezas de software para rastrear fallos y tarifas erróneas en esos sistemas, y empezó a profundizar en el mundo del código.

Descubrió también la práctica del "Manufactured Spending", a través del cual saca rendimiento a los programas de recompensas de las tarjetas de crédito asociadas a las aerolíneas, de tal manera que acumula puntos por compras que en última instancia no suponen un desembolso real de dinero para el usuario. Y por último, estudió a fondo los reglamentos y las condiciones de los programas de beneficios que las aerolíneas suelen ofrecer a sus clientes habituales, y encontrar los posibles resquicios legales para lograr tratos ventajosos o incluso ganar dinero usando, por ejemplo, programas de compensación al cliente insatisfecho.

La práctica

Dominados los procedimientos, Schlappig se lanzó a la práctica. Eligió "United Airlines" como su compañía de referencia, reunió tantas tarjetas de crédito como pudo, y comenzó con su juego. En un principio volaba los fines de semana y en la mayoría de las ocasiones ni siquiera llegaba a abandonar los aeropuertos de destino. Su hobby era volar, tomar un vuelo tras otro, tantos como le fuera posible, para seguir acumulando millas gracias a los programas de puntos para viajeros frecuentes.

En 2011, Schlappig se graduó en marketing. Tras varias entrevistas de trabajo en las que no se sintió cómodo, nuestro hombre decidió transformar su pasión en negocio. Junto a Alex Pourazari, su novio de aquel entonces, montó "PointsPros", una consultora dedicada a asesorar a clientes sobre la mejor manera de construir itinerarios de viaje a partir de millas acumuladas como viajeros frecuentes.

Encontraron demanda y la empresa creció, hasta el punto de verse superarles. El estrés pasó factura, afectando a su vida privada. Cuando la relación entre ambos implosionó, Schlappig decidió convertirse en hobbyist a jornada completa. En abril de 2014, tomó un vuelo en el aeropuerto internacional de Seattle-Tacoma. Desde entonces no ha parado de volar.

Un joven millonario

Los últimos quince meses, Schlappig los ha pasado entre salas de espera y aviones, volando gratis y casi siempre en primera clase. Schlappig no tiene casa. Se puede pasar varios días sin llegar a abandonar los aeropuertos de destino, simplemente encadenando vuelos, pero cuando lo hace se aloja siempre en hoteles de lujo. Porque Schlappig, además de uno de los hobbyists más populares del mundo, es también un joven adinerado.

En 2008, Ben creó el blog "One Mile At A Time" en el que documenta sus viajes y comparte sus recomendaciones en relación a su actividad. Entre el dinero que genera a través de la consultora "PointsPros" y lo que ingresa por publicidad a través del blog, Schlappig se ha convertido en millonario. Al menos así lo aseguran sus amigos más cercanos. Y viendo los lugares en los que se aloja durante sus escalas, la verdad es que no apetece dudar.




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