18 Jul, 2015 | La pregunta nos la contesta el flamante presidente de Guyana –apenas tiene un par de meses en el alto cargo- al calificar a Venezuela como nación "agresora". Tengamos un relato de los hechos. Nos ayudan los innumerables textos cruces de cartas, notas y mensajes, los mapas, los análisis de escritores y diplomáticos y juristas que versan en torno a la reclamación de Venezuela sobre la Guayana Esequiba. De aquallos destaca, sin duda, el pormenorizado como sugestivo y ameno relato que hiciera el grande escritor venezolano Enrique Bernardo Núñez. El cuento comienza con "lo abrumado que se encontraba el ministro venezolano en Londres, Alejo Fortique". Este notable patriota e insigne diplomático debía atender, de modo simultaneo, un trío de serios problemas: el asunto de la deuda de la extinta Gran Colombia contraída con Inglaterra, el tema de la prohibición de nuestros frutos, café y azúcar de entrar en el reino debido al régimen esclavista aún imperante en nuestro país y el escabroso diferendo de los límites entre la Guayana británica y los Estados Unidos de Venezuela. Está solo. Sus dos asistentes, el matemático Juan Manuel Cajigal ha marchado a París para perfeccionar estudios. Baralt anda entre Madrid y Sevilla, en cuyo Archivo de Indias hurga, investiga, exhuma polvorientos papeles que darán fuerza al derecho reivindicatorio de Venezuela sobre un territorio que jurídica e históricamente le pertenece. Fortique se bate con pericia, talento, coraje y extrema tenacidad en todos esos frentes. Pero es precisamente en el último tema donde su asombrosa capacidad de trabajo e inteligencia, su sabiduría nos brinda mayores logros. No solamente son rechazadas las pretensiones imperiales de Gran Bretaña en cuya osadía querrían apoderarse hasta de las bocas de nuestro legendario río padre "serpiente enroscada", el Orinoco, sino todas y cada una de las líneas que sucesivamente proponen los británicos: la del naturalista prusiano Schomburgk (1841-1842) y la de Lord Aberdeen (1844).

La argumentación de Alejo Fortique está blindada. Se basa en el precepto Uti possidetis iuris que fija las antiguas fronteras o lindes entre las nuevas naciones americanas: "Como habéis poseído, seguiréis poseyendo".

El derecho anglosajón prima el derecho a la ocupación por el recurso a la fuerza. Y allí se contrasta la permanente tensión entre ambos países que incluso llega en cierta ocasión a la ruptura de relaciones.

Esto hay que decirle al provocador presidente guyanés y a sus padrinos de la Exxon Mobil: Venezuela no va a lanzar bombas nucleares contra Guyana. Primero porque no las tiene y sobre todo porque Venezuela respeta a todos los pueblos del mundo. Especialmente, siendo nación atlántica y caribeña, a nuestros vecinos. La fuerza de su posición estriba en el derecho, este concebido como recurso fundamental para resolver conflictos y diferencias entre países. Esto hay que decirles al provocador y ofensivo presidente guyanés y a sus padrinos de la Exxon Mobil.