Víctor Hernández, quien es licenciado egresado de la Universdad de los Andes, ULA, conoció lo que es la vida en pueblos costeros. / Foto: CORTESÍA

12 Jul, 2015 | Con nostalgia Víctor Hernández deja atrás la isla de Margarita y con esa misma mirada escrutadora que se paseaba por los ambientes marino costeros insulares, retorna a su tierra natal en los Andes venezolanos, para ahora atrapar imágenes entre frailejones y verdes montañas.

Desde hace cinco años laboraba en el Departamento de Educación y Cultura del Museo Marino de Margarita, institución ante la cual se quita el sombrero. Siente que fue una experiencia enriquecedora y de gran crecimiento personal.

Este merideño, egresado de la Universidad de Los Andes (ULA) en la carrera de Idiomas Modernos, se inspira y escribe de tal experiencia, en respuesta a esa necesidad interior de comunicarse. “En el año 2010 tuve mi primer acercamiento a la Isla con motivo de las pasantías en el Museo Marino. Debo decir que nunca había visitado Margarita. A pesar de desconocer el entorno neoespartano, decidí hacer las pasantías en la región y me mudé”.

Pero no fue solo como pasante, sino que después de culminada la pasantía, decide residenciarse en Boca del Río, Península de Macanao, y formar parte del equipo del Museo Marino. Vinieron entonces los acercamientos con la gente del pueblo, los pescadores y la gente nativa del estado. “Recuerdo sentirme maravillado por cada comunidad que conocía, con cada familia, y con cada docente con quienes trabajé intensamente en sembrar valores de conservación ambiental, de aprender a querer y cuidar los espacios naturales como el mar y sus especies”.

Admite que, a la par, hubo un permanente aprendizaje, no sólo a través de ese contacto con las comunidades, sino porque además conoció especies marinas que sólo había visto en documentales de ciencia. “Comencé a entender del mar y su fauna, su funcionamiento, sus bondades y con ello la idea de generar actividades para reforzar valores conservacionistas, a través de actividades que emprendimos, de la mano de planteles escolares, comunidad en general y varios microempresarios de Boca del Río”.

“En el año 2010 creamos la Jornada de Limpieza Terrestre y Submarina en la playa de Boca del Río, que ha seguido por cinco años consecutivos. Seguidamente, comencé a trabajar en el I Concurso de Cuento Escolar ‘Cuéntale un cuento al mar’ el cual se logró gracias al apoyo de Teobaldo Castañeda, gerente general del Museo Marino de Margarita y de Pablo Rodríguez, con el objetivo de promover la literatura en los planteles de la Península de Macanao, y a su vez mejorar las destrezas en la redacción y ortografía en los niños, y han pasado tres años desde su primera edición. Otro de los logros fue el I Festival de Galerón Escolar en honor a la Cruz de Mayo, y así fui sumando experiencias que, sin dudas, me han hecho crecer”.

Concurso 2013

Entre las experiencias compartidas con todo el equipo del Museo Marino de Margarita, Víctor Hernández destaca el Concurso "Réplicas de Veleros en honor a San Juan Bautista", iniciativa que iniciaron en el año 2013. "Me permitió aprender y volverme un fanático conocedor del tema de la carpintería de ribera y las embarcaciones típicas".

Viaje a Japón

En cinco años, solamente durante dos meses se ausentó de la isla, según narra Hernández. “El año pasado viajé a Japón bajo en programa de Becas de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón, JICA. Allá estudié sobre Técnicas Avanzadas en el manejo de desechos sólidos. Basado en el curso prepara una conferencia, con la cual piensa recorrer estados de Venezuela en busca de mostrar y compartir lo aprendido, a fin de mejorar en esa área.