3 Jul, 2015 | Nos comentaba Doña Elodia que los autores de opinión de la cultura mediática venezolana nos muestran dos realidades diametralmente opuestas. El 17 de mayo, la banda opositora realizo sus elecciones primarias para escoger algunos de sus candidatos para los comicios del venidero 6 de diciembre. Sus voceros expresaron que ese evento fue extraordinario y de participación masiva. Pero la opinión gubernamental manifestó que ese acto electoral resultó ser un fracaso total y que tales primarias terminaron siendo unas falsarias, ya que hasta la fecha aún se desconoce la totalidad de sus candidatos. Ciertamente pensamos que ese proceso electoral estuvo signado por la imposición y arreglos previamente establecidos. De igual modo que la participación de sus electores fue chucuta y no cubrió las expectativas que se plantearon sus dirigentes, solo algo más de medio millón de votantes fue la cifra aceptada por ellos.
A confesión de parte, relevo…
Por otro lado, este 28 de junio los rojos-rojitos efectuaron sus elecciones de base y su vocería eufórica y contundentemente celebraron los resultados del proceso, manifestando una abrumadora participación de electores. Asistencia que supera los tres millones de sufragios en el total de los circuitos electorales de todo el territorio nacional y no en solo 33 donde se efectuaron las primarias de la MUD. De esta manera el bando bolivariano eligió nacionalmente todos sus representantes circuitales.
Ciertamente el despliegue de votantes apreciados en toda la patria en la jornada roja, superó todas las metas establecidas por la dirigencia oficial. Pensábamos que los graves problemas que viven los Venezolanos, producto del plan de asfixia económica orquestado por un grupo de empresarios apátridas y conspiradores, unidos a la complicidad de cuartas columnas, con gorras y sin ellas, enquistados en los altos círculos del gobierno, iba a tener un efecto abstencionista en el pueblo chavista. Mas no fue así, y muy a pesar de las irregularidades solapadas observadas durante la campaña y en el proceso mismo de elección, los bolivarianos apegados al legado del Comandante Chávez, por su recuerdo y por ese profundo amor que Él sembró en los corazones de los patriotas, salieron con la alegría y la convicción revolucionaria que los caracteriza, a ejercer su obligación con la patria. Por Chávez, con Él y por Él, el pueblo chavista cumplió. De esto no tenemos la menor duda, ojalá lo entienda así la dirigencia roja. El resultado de esa consulta electoral debe motivar a la reflexión a los círculos que rodean al Presidente, a los Gobernadores y Alcaldes chavistas, quienes deben asumirlas sin triunfalismo y como una oportunidad especialísima para enterrar el engreimiento y la prepotencia que han venido practicando. Pensar más en la manera como enfrentar los graves problemas que vivimos, que en sus propios intereses personales y grupales.
No obstante, a pesar de lo amplio de la movilización rojita y del reconocimiento internacional de la misma, el oposicionismo lejos de tomarla como un alerta motivacional para construir un plan de acción adecuado para su crecimiento electoral, han banalizado la situación, ocultándosela a sus seguidores y calificándola con alegatos ofensivos, racistas y distorsionados.
En fin, las cartas están echadas para los bandos en disputa y como lo cantaría Serenata Guayanesa, “Ya no es por la fecha y las primarias que ya las tenemos, ahora es el voto, ¿dónde lo hallaremos?... Por ahora está bueno, hasta el próximo zaperoco.