18 Jun, 2015 | Está aproximándose la fecha en que deben celebrarse elecciones para que una nueva Asamblea Nacional se instale el 5 de enero de 2016, como lo establece la Constitución. Se trata de una circunstancia muy importante para el país, por ello, en la medida en que transcurre el tiempo, aumenta el nivel de ansiedad ¿Habrá elecciones? ¿Se respetarán los resultados? ¿Qué harán los militares?

Para lidiar con esa incertidumbre podemos, bien sea encomendarnos a Dios y rezar, o bien utilizar las técnicas de construcción de escenarios para explorar y contar la "historia del futuro". Puesto que casi todos sabemos cómo entregarnos en manos del Creador, dedicaré el espacio que queda para comentar sobre la segunda alternativa.

El método es sencillo y se desarrolla en tres pasos. En primer lugar, se identifican los eventos que son posibles; en segundo lugar se seleccionan los que tienen probabilidad de ocurrencia; y, finalmente, se precisa cuál es el que preferimos que ocurra. Se trata de alambicar una suerte de triple filtrado del futuro.

Aplicando el método al caso que nos ocupa, tendríamos que los eventos posibles más relevantes son: a) que se celebren las elecciones y b) que se produzca un golpe de estado. De esas posibilidades, la más probable es que se celebren elecciones, porque el agotamiento del proyecto bolivariano, la debilidad de una fuerza armada maltrecha institucionalmente, y la presión internacional; restan probabilidad a la opción b).

De celebrarse las elecciones, podrían ganarlas el gobierno o la oposición. Aquellos que, como yo, están convencidos de que es necesario un cambio sustantivo en las políticas del gobierno, tendríamos como escenario posible, probable y preferible, que la oposición democrática gane las elecciones parlamentarias. Podemos entonces rezar para que esto ocurra, pero también podemos trabajar activamente para que la probabilidad de ocurrencia sea mayor.