La educación vial es nula en el estado Nueva Esparta, cuando lo ideal es que la ciudadanía se haga sentir con buena formación. / Foto: ARCHIVO

12 Jun, 2015 | La indiferencia marca el paso en el estado Nueva Esparta a la hora de buscar soluciones a la problemática de tránsito, opinó Henry “Tierrita” Fernández, sargento mayor jubilado de Tránsito, abogado, licenciado en Ciencias Policiales y cuarto nivel en esta materia. Lleno de inquietudes pasa a desglosar una serie de propuestas, y se pone a la orden para colaborar o asesorar de modo de dar el vuelco a tanta apatía o desidia. Ni a alcaldes ni al gobernador parece preocuparles este problema, señaló.

Aparte del caos que observa a la hora de circular por la Isla, también considera que no hay educación vial. En cuanto a la aplicación de leyes, ni la correspondiente a tránsito, ni la propia Ley Orgánica de Régimen Municipal son aplicadas como se debe y recordó que en 1989, siendo gobernador José Luis Bruzual, se emitió el Decreto N° 35, a través del cual “se prohibía terminantemente la circulación de motocicletas y bicicletas en toda la jurisdicción de este estado durante el lapso comprendido entre 8:00 p.m. y 5:00 a.m. inclusive”. Indicó que dicho decreto está vigente, pero no se cumple, y así lo expuso hace un año ante la Secretaría General de Gobierno, pero no le han prestado atención, a pesar de que está demostrado que en 80% de los atracos los individuos se movilizan en motos.

En materia vial, el comandante de la Policía debe saber que la Policía Nacional es integral y también le compete esta área.

Precisamente, comentó, a falta del debido control, se presentan muchas situaciones irregulares e incluso conductores de transporte público trabajan con licencia de tercera y cuarta, cuando deben tener la licencia de quinto grado.

Por otra parte, Fernández denunció que los contadores de velocidad, instalados en la avenida Juan Bautista Arismendi, fueron “plata perdida”, porque no funcionan, y se pregunta quién ganó en ese negocio.

Entren que caben

“El transporte público en Nueva Esparta funciona muy mal, y hay abusos. Ninguna autoridad controla, por ejemplo, el exceso de pasajeros, porque minibuses de 15 a 32 pasajeros, incluyendo al conductor, por lo general llevan 30 sentados y 60 de pie, y nadie aplica los correctivos del caso”, dijo.