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Ronda de galerones para árbol de 300 años Fedecene y el Centro Cultural Margarita organizaron una fiesta de cantores, bailes y comida para honrar a un quebrahacho tricentenario y despedir a la Cruz de Mayo. (+Video) César Noriega Ramos
Galerón en la Otrabanda / Foto: GÉNESIS TORANI 8 Jun, 2015 | El tricentenario árbol de quebrahacho dio sombra a una tarde de galerones y danzas margariteñas en La Otrabanda, municipio Arismendi. El acto organizado por el Centro Cultural Margarita y la Federación de Centros Culturales del estado Nueva Esparta (Fedecene) contó con la participación de seis galeronistas. Jesús "Chucho" Indriago, director del Centro Cultural Margarita y presidente de Fedecene, indicó que por 18 años han mantenido la tradición de cantar galerones al árbol de quebrahacho. "Este quebrahacho tiene alrededor de 300 años y se encuentra en un punto de la vía hacia Tacarigua, donde los comerciantes en el pasado se sentaban a reposar de su viaje. Se dice que hasta Juan Bautista Arismendi también se detuvo bajo esta mata a descansar", dijo Indriago. Los galeronistas que se enzarzaron en una batalla de décimas fueron: José Ramon Villarroel "El hijo del Huracán", Ernesto Da Silva "El ciclón", Maximiliano Villarroel "El nuevo huracán", Joseíto Agreda "El vengador", Lino Martínez "El gavilán" y Luis Antonio Rodríguez "El pintor maravilloso". Ildemaro Rosas presentó a cada galeronista. Rosas destacó que la actividad es una forma de hacer pedagogía con el folclor margariteño. Es tradición escuchar a los galeronistas hasta principios de junio, como una forma de despedirse o velar a la Cruz de Mayo. Entre las tandas de galerones se hizo espacio para los bailes típicos, interpretados por la agrupación de bailarinas infantiles Danzas Nacionalistas de La Asunción. Las niñas revivieron los pasos que se veían en la fiesta del Virgen del Valle, como "Benjamín y su Acordeón". Atmósfera Como aspecto infaltable en un encuentro de galeronistas estuvieron las empanadas, el sancocho y los dulces típicos. La combinación de gastronomía, música y bailes formó una atmósfera de antaño en la calle El Saco de La Otrabanda. Las adultas mayores que conformaban el grueso del público se engancharon en la alegría de la fiesta.
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