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Pescadores sin respuesta ante inseguridad en el mar Aaron José Rodríguez se queja de la Guardia Nacional que tiene bajo azote a los pescadores, mientras deja a los "piratas del mar" actuar a su antojo. "Así no se puede". Yanet Escalona
Pescadores se preparan para la faena, conscientes del riesgo que corren cada vez que se adentran en el mar. / Foto: CARIDAD LEAL 6 Jun, 2015 | Luego de una jornada que le permitió regresar con 50 kilos de pescado, Aaron José Rodríguez habla de las peripecias en el mar, pero también del miedo que ahora bordea toda la costa insular por la constante incursión de la delincuencia, con los llamados "piratas del mar". Sin dejar de hacer el remiendo de su tren filetero, se queja de cómo los pescadores están a la deriva en el área de seguridad personal. Muchas promesas, actuaciones esporádicas de autoridades marítimas se asemejan a las pírricas acciones en tierra para frenar la incursión del hampa. Lo habla con mucha preocupación y aseguró que ir a la mar en la actualidad es "a riesgo", porque nadie sabe qué le puede suceder hacia allá adentro. Toda una incertidumbre. "Claro que vamos a riesgo, porque no estamos nada seguros. A muchos les han robado los motores de sus peñeros y no solo eso sino que tememos por nuestras vidas". Se queja de que mientras eso ocurre, "en vez de estar buscando la delincuencia en el mar, la Guardia Nacional Bolivariana más bien tiene azotados a los pescadores: que si los papeles, que si por aquí; que si por allá, y así estamos acosados, pero tampoco hacen nada para protegernos realmente". "Y bueno, no podemos quedarnos en tierra. Hay que ir a buscar el pan para nuestros hijos, aun cuando en mar y tierra estemos expuestos al hampa", dijo Rodríguez con una carga de gran decepción. Pesca con interferencia Aparte de la incursión delictiva, a la hora de arrebatarles motores, enseres y a veces hasta lo que han pescado durante el día, Rodríguez expresó su descontento porque las autoridades "no le ponen reparo" a pescadores que de forma abierta e impune interfieren en las faenas nocturnas de otros marinos y se llevan por delante los trenes que tienen tendidos los demás. “A ellos (esos pescadores inescrupulosos que interfieren), no les vale que haya una lámpara prendida o un faro avisando que estamos allí con nuestro tren tendido, sino que pasan con sus embarcaciones a toda velocidad, rompiéndonos las redes. Precisamente por eso, tras llegar de la faena diaria, Aarón se vio en la necesidad de reparar el tren que le habían roto en el mar. El único consuelo fue regresar a casa con 50 kilos de especies varias, tras faenar a cinco millas de Taguantar. Cargaba "de todo un poco": tahalí, atún, cachorreta y cabaña. Esperan Feria Cuinche. En la comunidad pesquera de Taguantar (Marcano) los hombres de mar Resignación. En Taguantar, centenares de pescadores "van y vienen" dentro de la faena diaria. Es así como, mientras algunos llegan con una buena carga de pescado,
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