6 Jun, 2015 |

La música es tanto…
Ella, solo ella, hasta nos dice sobre la mirada que no se atreve a mirar.
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Domingo
Muchos de estos días,
tardo en levantarme de la cama.
Fijo mi vista en la cortina que,
aun con la ventana cerrada,
baila,
reclamándome,
con cada paso,
que,
muchos de estos días,
yo tarde en levantarme de la cama.
Mas luego mi vista intimida a la cortina,
intimidando ella a la vez al viento que ya no canta.
Y todo esto sucede mientras que
aquí me quedo,
ahora juntando mis pestañas,
imaginándote conmigo en esta cama.
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Regálame tu almohada,
para entrar en tu pensamiento,
el único que deseo plasmar hoy aquí.
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A veces,
sólo me faltan dos hombros,
para no soltarlos hasta secar mi última lágrima.
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Me cubro con mi rebozo, mientras me llegan tus brazos.
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Hoy
amo.
Mañana me ocuparé de mañana.
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“En mi país, qué tristeza…”
Intento dormir, pero una pregunta anticipa que la noche será larga: ¿Por qué ni cerrando mis ojos podré detener estas lágrimas?
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Aquí estoy, como siempre, a las órdenes de la noche... Para escribir, sólo dejo que ella me hable.
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¿Cuánto falta para que a la lágrima le expropien el llorar?
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Soñé que me llamabas para decirme que no colgara nunca nuestros sueños.
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¿Existe la poesía sin dolor?.