Porlamar
26 de abril de 2024





EL TIEMPO EN MARGARITA 28°C






Homenaje al primer cronista (I)
Nada consolidamos en nuestro modesto oficio. Todo se evade, más allá de los esfuerzos del lenguaje por dar cuerpo, fijar, lo que tiene de relieve la vida cotidiana. Surge, entonces, la utopía, vencer a Cronos, esa tarea de Sísifo que los seres absurdos asumimos a conciencia de que no hay tal cima adonde habremos de llegar.
Ramón Ordaz / rordazq@hotmail.com

20 May, 2015 | Cronos es una estrella fugaz; no pertenece a constelación alguna. Fluye, se expande, envuelve los asteroides del acontecer, orbita por esas puertas que el horizonte abre para liberarnos de sus prisiones, esas cárceles de veinticuatro horas donde trascender a un lugar del futuro es siempre una quimera. Cronos mide, calcula sus pasos y tan pronto construye catedrales, el rocío de la noche vulnera sus oficios, trabaja deshaciendo con su tiempo el sueño de la obra perenne, esa vulgata de la trascendencia, ese deshilachado paño de la eternidad. Nada consolidamos en nuestro modesto oficio.

Todo se evade, más allá de los esfuerzos del lenguaje por dar cuerpo, fijar, lo que tiene de relieve la vida cotidiana. Surge, entonces, la utopía, vencer a Cronos, esa tarea de Sísifo que los seres absurdos asumimos a conciencia de que no hay tal cima adonde habremos de llegar. Algo queda, algo rueda con distinción entre las piedras del camino. Con relevantes palabras expresa mejor nuestra inquietud el cronista argentino Martín Caparrós: "La crónica (muy en particular) es un intento siempre fracasado de atrapar el tiempo en que uno vive. Su fracaso es una garantía: permite intentarlo una y otra vez, y fracasar e intentarlo de nuevo, y otra vez". No hay potestades ni señoríos en estos territorios, y quienes transitaron esas parcelas de nadie lo tenían claro, tanto, que sabían que el tiempo mermaría esa escuálida hacienda cuyo ejercicio fue siempre a contracorriente. En un universo de mayor recepción, no menos poroso y vulnerable, trazó su noble tarea el primer cronista de Venezuela, Enrique Bernardo Núñez (1895-1964): novelista, cuentista, ensayista y, por su respetable oficio, periodista. Ciento veinte años del nacimiento del autor de "Cubagua", setenta de haber sido designado como el primero de nuestros cronistas en la Venezuela contemporánea. Sus obras "Sol interior", "Después de Ayacucho", "Cubagua" y "La Galera de Tiberio" son evidencias de un trabajo literario que se mueve entre la crónica y la historia, pero es en "Signos en el tiempo" (1939) donde exhibe las virtudes que en libros posteriores como "La ciudad de los techos rojos" lo destacarían como Cronista de Caracas, título que ostentaría desde 1945.

Pero antes que en Caracas, Núñez fue nuestro primer cronista contemporáneo por su vocación y afecto con las particularidades históricas y míticas de nuestro entorno insular. Su presencia en Margarita durante el período que se desempeñó como Presidente del Estado Nueva Esparta el celebrado escritor modernista Manuel Díaz Rodríguez (1925-1926), lo confirma el hecho de que en estos espacios nació y documentó esa novela fundamental de la literatura nacional como lo es "Cubagua". A mediados del siglo XX, las instituciones locales empezarían a reconocer al poeta Francisco Lárez Granado su condición de cronista.




Contenido relacionado












Locales | Sucesos | Afición Deportiva | Nacionales | Internacionales | Vida de Hoy | Gente Feliz | 50° Aniversario | Opinión


Nosotros | HISTORIA | MISIÓN, VISIÓN Y VALORES