8 May, 2015 | La patria está enferma. Sin tener culpa alguna del mal que la está matando. Postrada por el grave daño de la severa crisis que le provoca el desgobierno, pide la salven. Frágil e impávida, ve cómo los culpables, antes que apresados, los exculpan de antemano. Porque el Ministerio Público no los investiga. Tampoco los tribunales los juzgan. La Contraloría disimula. La Asamblea los protege y el Presidente, que dice luchar contra la corrupción, no los señala ni menos combate. Van por la libre, gozando una y parte de la otra. Mientras, en los bancos sus fortunas siguen produciendo gruesos intereses. Suficientes para que miles de venezolanos coman, tengan vivienda y educación mensualmente.

Aparte de la corrupción, que también terminará derrotando a una revolución que no la controló ni menos la defenestró, el desastroso manejo de la economía es un puñal que la patria tiene clavado en el alma. Porque la patria se muere al ver a su pueblo pasar hambre, haciendo cola para comprar lo que quiere y no hay. Viendo cómo se le muere su gente a manos del hampa criminal. Atada para que no proteste por el abuso grosero del Psuv en la Asamblea. Sin que pueda serle escuchado su reclamo porque un docente gane menos que un subteniente. Molesta porque la desidia unida a la sumisión a Cuba ha logrado que Guyana se posesione del área marítima que Venezuela, hasta que llegó Chávez al poder, reclamaba como suya.

La patria está tan enferma que su sistema democrático es el centro de atención en los principales foros y parlamentos mundiales. Eso quiere decir que el daño que se le ha ocasionado es tan terrible como histórico. El mundo entero se preocupa por Venezuela. Por sus presos políticos. Por la continua violación de los derechos humanos. Por la entrega total de nuestro futuro a China, Rusia, Irán y genuflexión ante Cuba.

Para salvarla, como lo está clamando, el único remedio es votar, votar y votar para poder botar del poder a quienes la están matando. Así de simple. No hay otro remedio. Sufragar, entonces, es un deber, una obligación, un compromiso. No hacerlo será ayudar a enterrarla.