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Cambiamos marcadores y libros por baldes y coletos
Acá en Nueva Esparta los educadores estadales, por ejemplo, vivimos una especie de fantasía gubernamental.
Celis E. Rodríguez S. | celisrose@hotmail.com

27 Feb, 2015 | Tal vez algunos, luego de leer estas líneas, pretendan manipular lo que aquí expreso, y malponerme ante los amigos obreros y ambientalistas. Aclaro que no practico la discriminación hacia nadie, menos hacia compañeros trabajadores. Sin embargo, me siento en la obligación de abogar por mis colegas educadores, por la carrera docente y por la educación.

Siempre he dicho, y lo sostengo, que gran parte de las calamidades que vive el sistema educativo es consecuencia de la miopía gerencial en el sector. No me refiero únicamente a los gerentes directos, los que "planifican" y "supervisan", sino también a los gobernantes que, en lugar de generar políticas educativas necesarias, han manejado el hecho Educativo como una bodega política, ignorando las necesidades reales de la Educación como Sistema; desatendiendo a los educadores y mermando la calidad y la dignidad de la carrera docente. Todo esto al punto de que hoy nuestra profesión ocupa los últimos lugares de las escalas salariales, por debajo, incluso, de un obrero. Y no significa que estos compañeros ganen mucho. Su salario también está muy por debajo del costo de las canastas alimentaria y básica; pero obviamente los niveles de exigencia y de responsabilidad son diametralmente opuestos en ambas ocupaciones.

Acá en Nueva Esparta los educadores estadales, por ejemplo, vivimos una especie de fantasía gubernamental basada en números y cantidades astronómicas de dinero, que según el gobernador se invierten en Educación. Cantidades que sólo sirven para alardear y para proselitismo político, pero que en la realidad del educador no significan nada. Ojalá que alguien le informe y le aclare al gobernador que el ajuste del 25% que tanto le reclamamos desde junio y septiembre del año pasado, pagado en diciembre luego de la parafernalia mediática acostumbrada, hoy no vale nada ante el 30% decretado por el presidente en los últimos meses. Este aumento, en algunos casos, ubica al salario mínimo por encima del sueldo de los maestros. Esta desproporción salarial tiene "arrebravos" a los Educadores, por cuanto se ven obligados a realizar actividades económicas extras para poder satisfacer sus necesidades básicas.

Si al gobernador realmente le preocupa la educación y está dispuesto a demostrar el respeto que dice tener hacia los maestros, es hora de ahorrarse subterfugios leguleyos respecto a las elecciones sindicales, y de sentarse a discutir una nueva Contratación Colectiva, donde se den respuestas claras y concretas al Magisterio. De lo contrario, habremos de tramitar la propuesta de un grupo de colegas que manifestaron su disposición de solicitar al gobernador y a la directora de educación un cambio masivo de actividad. Estos Maestros han decidido dejar las aulas y desempeñarse como obreros.
Señalan que al menos para ejercer esta función no están obligados a estudiar, y se liberan

de las responsabilidades de planificar, de preparar carteleras, de entregar estadísticas, entre otras. Además no tendrán que calarse las presiones de algunos seudocoordinadores de municipios que "sirven" a la ZENE y a la DESNE. Su consigna es: "Cambiamos marcadores y libros por baldes y coletos".




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