26 Dic, 2014 | La Ley que pretende sancionar a funcionarios venezolanos con retirarles visas y congelar cuentas en su territorio es una estupidez con la que se disfraza la agresión al pueblo venezolano. Detrás de estas acciones que parecieran nimias, EUA y la oposición apátrida pretenden crear un clima propicio para realizar una intervención armada en nuestro territorio.

Seguramente, los traidores de la derecha suavizan los ataques inculpando a unos cuantos funcionarios del gobierno; pero, están conscientes del ánimo que guía a los gringos y su disposición en participar en una supuesta cruzada por la democracia y que esconde el interés de obtener los yacimientos petrolíferos del país.

Jamás a los norteamericanos les ha interesado los derechos humanos. Un país que practica sistemáticamente el racismo y la xenofobia no puede declararse defensor de nada. Sus incursiones en el mundo han provocado millones de muertos, desaparecidos, asesinatos y desplazados. ¿Dónde está la moral de su presidente y senadores? ¿Acaso en su sociedad no priva el capital por encima de la humanidad? ¿Su población pobre y las minorías sociales no sufren hambre y vejaciones constantemente? Eso no es libertad es simple expoliación; uso de la masa trabajadora para el enriquecimiento de las grandes corporaciones; una especie de esclavitud donde los pobres trabajan por míseros salarios para sostener su espacio vital.

Las guarimbas en Venezuela fueron subvencionadas con dólares provenientes de Washington; la oposición contrató a los terroristas y los muertos los puso el pueblo.
Eso le consta a todos los venezolanos incluyendo a la derecha recalcitrante. A quién van a engañar. Ahora resulta que hay presos políticos y no asesinos detenidos; la oposición asumió a todos los muertos como suyos: esos mismos que degollaron con guayas, asesinaron a tiros y dejaron morir en las calles por no permitirles el paso para llegar a los hospitales. No tienen moral de los perros de la guerra, los miembros del gobierno de EUA ni los gringos que tanto odian al resto de la humanidad.

Sierra Nevada/Mérida