23 Dic, 2014 | Por supuesto que solo en broma, porque ni de vaina quiero parecerme ni ser el personaje que ocupa la primera magistratura del país. Zape gato ñaragato. Ni siquiera por las mieles del inquilinato de Miraflores. Líbrame Dios de esa tentación.

Aclarado el título, y si yo fuera presidente, una vez recibido el zurdazo de Obama, con su catajarria de chavomaduristas acusados y sancionados como violadores de Derechos Humanos, no me temblaría el pulso en tomar las medidas siguientes:

1.- Llamaría a todos los socialistas siglo XXI a destruir públicamente las visas americanas y las fotos con Mickey Mouse, así como a botar ipso facto los aparatos y trapos comprados en los viajes al Norte. No importa que vistamos de cachipo.

2.- No le vendería ni una perola de petróleo a Estados Unidos, mucho menos un solo barril, para que sufra la angustiante falta de combustible y los rigores del clima, principalmente en la época de frío. Ya lo veremos temblando y pidiendo cacao.

3.- Ante la negativa de recibir a mi gente, cerraría la embajada norteamericana y expulsaría de un trancazo a sus funcionarios. Que se vayan a conspirar a otra parte. Y si se ponen cómicos, tampoco dejaría a nuestros muchachos ir a jugar beisbol para allá.

4.- Si bloquean alguna cuenta bancaria o quitan propiedades a cualquiera de mis compatriotas objeto de la abusiva sanción, ordenaría revisar cualquier cuentica gringa en el país, y la confiscaría para el tesoro nacional. Con eso emparejaría la carga.

5.- Y por último, aunque no forma parte de mi disgusto con los yanquis, pero por malos amigos, mandaría lejos a los hermanitos Castro, quienes me jugaron sucio, porque mientras me mandaban a culpar a EUA de cualquier mal, por otro lado coqueteaban con Obama, buscando mamar de otra teta. Traidore$$$.