26 Nov, 2014 | Es evidente. Una conjura. Estamos, como en otras oportunidades, ante otros tantos episodios contra la revolución. Muertes, especulación, guarimbas, golpe de estado, paro petrolero, contrabando, desprestigio internacional. Ataques de toda clase.

Una oposición que en lugar de colaborar con el gobierno para mejorar al país, lo hace perder el tiempo, que pudiera utilizar en acciones constructivas, para reimpulsar este proceso. Aún así, avanzamos contra viento y marea. Esta oposición, que no es normal, juega al caos y no da señales de cambio alguno. Todo es una constante conspiración y una conjura contra Venezuela. Ni un solo gesto de consideración con la patria y mucho menos con el gobierno. Puras mentiras, fraudes, engaños y otras perlas, alimentan su programa de vida ciudadana. Ellos sólo esperan la sustitución del "régimen" por el antiproyecto que tienen en mente, que es la nada. Bien dice José Vicente Rangel, con toda su experiencia y sabiduría, en su columna El Espejo: "…Hay pruebas de sobra sobre esta feroz campaña contra Venezuela y el gobierno de Maduro: Nunca hubo tanto dinero de por medio para apuntalar el plan. Nunca hubo una oposición tan desnacionalizada como la actual. Ni tanto traidor agazapado o al descubierto". Rigurosamente cierto. Los que han cometido sus desmanes, se niegan a ser tratados como los otros venezolanos, en igualdad de condiciones ante la ley.

Exigen y tienen privilegios, pero aún así, les parece poco. Pretenden una libertad anticipada al fuero que los juzga. ¿Por qué? Nunca los derechos humanos fueron más respetados que ahora. En la IV República, los habrían desaparecido o sometido a grandes torturas. Ahora, hasta les sobra dinero y amigos internacionales (entrometidos), quienes pretenden ordenar a la justicia venezolana que los libere. Seguiremos afrontando las circunstancias que sufrimos desde hace un buen tiempo. El gobierno que no se deje. Hasta ahora le ha faltado contundencia en las respuestas. Debemos estar alertas. NOTA: Las líneas aéreas nacionales e internacionales hacen lo que les da la gana. La impuntualidad es increíble. Los precios de los pasajes por las nubes. Y no se consiguen.