24 Nov, 2014 | En una nota de prensa publicada en este diario el día 1-XI-2014 bajo la firma de la periodista Yanet Escalona, relacionada con la intervención del alcalde del municipio Marcano, señor José Ramón Díaz, durante un homenaje a los profesionales de la ingeniería, en la cual destacaba la conveniencia de "reabrir el debate sobre la construcción del puente que una a Margarita con Tierra Firme", me permito presentar algunas consideraciones al respecto:

1) Se trata de una controversia de muy vieja data, treinta y cuatro
años aproximadamente han transcurrido desde el momento en que se planteó la posibilidad de construir el "Enlace Vial isla de Margarita-Coche-Tierra Firme". Su propósito fundamental, además de la necesaria interconexión de la isla con el territorio continental, era lograr un mayor desarrollo turístico y comercial no solo para la región neoespartana en particular, sino también para las otras poblaciones próximas a dicho enlace vial.

2) Actualmente, gracias a los avances alcanzados en el campo de la arquitectura, la ingeniería y la tecnología en general, nadie pone en duda ni niega la posibilidad cierta de construir una obra de esas dimensiones, mucho más si se cuenta con la debida asesoría de los ambientalistas, ecologistas, biólogos y otros profesionales afines para minimizar, en lo posible, el impacto en el ecosistema marino.

Sobre el particular, es bueno recordar que también en la isla de Margarita, en épocas anteriores y sin contar con los recursos técnicos y financieros de hoy día, se realizaron importantes obras civiles tales como el centenario Faro de la Puntilla de Porlamar, construido en apenas once meses: 3-II-1895 a 1-I-1896. Digno ejemplo a seguir por los actuales constructores de obras civiles. Asimismo, y de épocas más recientes, con más de cincuenta años a cuestas, el acueducto y el cable submarinos, los cuales, a pesar de las inevitables fallas originadas por el tiempo de uso, siguen activos, prestando sus respectivos servicios.

Es decir, que desde el punto de vista técnico construir una estructura de esa envergadura es una acción totalmente realizable, que en principio no presenta mayores inconvenientes, salvo quizás alguno que otro propio de ese procedimiento pero que, en términos generales, resulta factible llevarlo a cabo.

3) Se menciona también en la citada nota que su construcción "traería más delincuencia". Sin capacidad para predecir en estos momentos cuáles serían sus efectos a futuro, e igualmente, sin la intención de hacer una proyección automática de lo que pudiese ocurrir con la realización de la obra en cuestión, sea válido tomar como referente una experiencia aún vigente como lo es el Puerto Libre (1975), régimen aduanero que sustituyó al de la Zona Franca (1967), cuyos resultados dejan mucho que desear al compararlos con los propósitos y objetivos inicialmente propuestos.

Por ejemplo, es innegable que desde su entrada en vigencia y posterior desarrollo, las genuinas actividades productivas insulares, al igual que las manifestaciones culturales tradicionales, se han visto afectadas, tanto en sus procesos productivos como de comercialización, de manera bastante significativa. Igualmente, han surgido nuevos y diversos problemas sociales inéditos, hasta ese momento, en nuestra región insular.

Sin embargo, ello no quiere decir que tales situaciones se repetirían mecánicamente con la supuesta construcción de la obra en referencia. De allí, pues, que una decisión de tan especial significación para la vida de la región neoespartana debería ser obligatoriamente sometida, por lo menos, a la consideración de todas las organizaciones institucionales existentes en nuestra entidad.