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Noticias petroleras A la caída de los niveles de producción y a la disminución de la capacidad de refinación, se suma el debilitamiento de los precios del petróleo. Manuel Nárvaez /
narvaezchacon@gmail.com
23 Oct, 2014 | Desde Argelia, en el norte de África, viene navegando un tanquero gordo y pesado. Cuando llegue a puerto venezolano y expela intensos flatos de metano junto a la carga oleosa de sus entrañas, será un momento verdaderamente histórico: Venezuela se convertirá en importador de petróleo. Siempre produjimos petróleo para el mundo; el bitumen de Cubagua era llevado al Monasterio de Yuste para aliviar la gota de Carlos V. Ahora parece que el mundo se nos está viniendo encima y el petróleo comienza a circular en sentido inverso. Ya antes habíamos encajado otro golpe en nuestro orgullo cuando el CRP, "el centro refinador más grande del mundo", perdió eficiencia y se hizo necesario comprar gasolina en el imperio. A la caída de los niveles de producción y a la disminución de la capacidad de refinación, se suma el debilitamiento de los precios del petróleo. Atrás quedaron los tiempos en que el vigoroso crecimiento económico de la India y de China, arrastraron los precios desde los 9 dólares que costaba el barril en 1998, hasta los 100 dólares que alcanzó y mantuvo hasta hace pocos meses. Atrás quedaron los tiempos en que la propaganda oficial hizo creer a muchos incautos que ese aumento era producto de la acción redentora de Chávez. Hace algunos años, un premonitorio Raúl Castro afirmaba: "Cuba y Venezuela vamos siendo la misma cosa". Pues bien, parece que los venezolanos estamos en puertas de nuestro propio Período Especial; eufemismo con el que los cubanos designan las privaciones que sufrieron cuando la implosión de la Unión Soviética los dejó sin el generoso subsidio que recibían. Precios bajos y producción decadente no auguran nada bueno.
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