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Concesionarios en crisis por falta de inventario y regulaciones
La comercialización de vehículos registra un cuadro crítico en la región insular, con un declive por sexto año consecutivo que ha llevado al cierre y a la reducción de personal en varias empresas.
César Noriega

Foto: VANESSA RANGEL

Gabriel Briceño Armas solicitó la inclusión del sector automotriz en el diseño de políticas públicas que los afecten. / Foto: VANESSA RANGEL

28 Sep, 2014 | El presidente de la Asociación de Distribuidores de Vehículos del estado Nueva Esparta, Gabriel Briceño Armas, presentó un cuadro crítico para la comercialización de vehículos en la entidad insular para este año, ya que atraviesa su sexto año en declive.

En 2013 fueron vendidos 2.000 automóviles nuevos, llevado a las ventas completadas por mes se obtiene que el año pasado se vendieron en promedio 167 unidades mensuales.

Por el contrario, en los ocho meses transcurridos de 2014, la cantidad de vehículos vendidos por los concesionarios regionales totaliza 220 transacciones, es decir sólo 32% más que los automóviles comercializados en cualquier mes de 2013, un año que no fue particularmente bueno para el sector automotriz.

"Aquí estamos hablando de un número importantísimo de empleados y que deben ser los más afectados porque vamos a caer en una situación irreversible", dijo Briceño.

Ante esta cifra, la sostenibilidad financiera del sector está en duda, porque se agravaron las trabas originales que causaron el acelerado declive en la manufactura nacional de vehículos y el cierre de la posibilidad que tenían las automotrices privadas para importar vehículos, alternativa sólo abierta al Estado para que haga adquisiciones en el exterior, que Briceño calificó de "puntuales".

"Estos vehículos pueden resultar la solución de un problema, porque son precios medianamente accesibles, pero a corto plazo van a representar un dolor de cabeza, porque si no tienen la forma de prestar servicios esos vehículos se van a convertir en una carcacha", dijo Briceño.

La contracción de las ventas de automóviles nuevos, que con las cifras presentadas por Briceño representan un decrecimiento anual de 83%, también se repite en el suministro de repuestos que permitan cumplir con los contratos de mantenimiento post-venta.

El cuadro de escasez de vehículos se agudiza cuando se le añade la incertidumbre sobre el pago de una deuda de 4 mil millones de dólares que mantiene el Gobierno con el sector automotriz. En parte, este pasivo se produce por la repatriación de dividendos de las sucursales en el país a las casas matrices de las marcas de vehículos.

Meta incumplida

Briceño recordó que desde 2008 la producción y venta de vehículos del país entró en declive. A partir de este año, el Gobierno aprobó una serie de resoluciones que por una parte exigía a las automotrices incrementar el ensamblaje nacional y reducir las importaciones.

Hasta 2007, 60% de los vehículos vendidos en Venezuela eran importados y el resto ensamblado en el país. El cepo a las importaciones pretendía que no menos de 70% del nuevo parque automotor se fabricara en Venezuela.

En 2008, empezó a notarse el efecto de la nueva regulación con 2.500 unidades vendidas en Nueva Esparta, de las cuales 70% era nacional y 30% importado, este último correspondió a vehículos importados el año anterior, acotó Briceño.

Esta no fue la única intervención del Ejecutivo, en el declive del sector también contribuyeron la exigencia de certificados de no producción nacional, aval que debe aprobar el Ministerio de Comercio. Adicionalmente, la obligación de instalar el sistema de gas vehicular en las nuevas unidades, un plan que no ha alcanzado una de sus principales ventajas que es liberar volúmenes de gasolina del mercado nacional para obtener márgenes de ganancia superiores si se vende en el exterior. La conflictividad laboral en las ensambladoras nacionales también ha trabado la reactivación de la actividad.

Puerto Libre, ¿derogado?

En 2007, la Isla alcanzó la cima respecto a la venta de vehículos, con 10 mil 105 unidades y en el país hubo más de 400 mil compras. De ese total, un 60% de los vehículos fue de fabricación extranjera y el restante, ensamblado en el país.

Los problemas del Gobierno para asignar divisas en la misma magnitud de los años anteriores, de la que dependió la importación de multitud de bienes, entre ellos las partes para ensamblar vehículos, por la vía de hecho han dejado en letra muerta las exenciones fiscales y tributarias para la comercialización de productos en el Puerto Libre.

"Es una ficción simplemente que existe una ley de Puerto Libre, no se están otorgando las divisas para promover ese mandato constitucional", dijo Briceño.

Ante este cuadro crítico, el representante privado insistió en un encuentro con las autoridades para reactivar al sector automotriz como palanca movilizadora del progreso nacional.




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