31 Ago, 2014 | "Mire sobrino, se me ha metido una idea en la cabeza y la quiero conversar con usted, visto que ya la gente de la Muda quiere desgaritarse". Observo en el tío Caballo Rojo esa mirada traviesa, aunque detecto algo de gravedad en su voz.
"Fíjese que ya los adecos andan en campaña y lanzaron la candidatura de Bolívar, ese que no tiene nada de Simón, los Moreles (padre e hijo, pero sin el espíritu santo) también se zumbaron y están mandando declaraciones a los periódicos, los ajusticiados montaron un viernes amarillo, más bien pálido por lo lurio que se ven y el pastor anda ladrando su impúdica veteranía".

Ahora sigo con interés lo que dice el tío, que en una rápida pincelada señala el cuadro actual de la oposición. "Ya usted ve sobrino, que por este lado los margariteños no tenemos muchas esperanzas de montar como nuestro representante a la Asamblea Nacional a alguien que valga la pena, vista la actuación de los actuales diputados insulares". Añade que por el lado de los rojillos la situación es peor, pues ellos piensan en la repetida de la rapiña, ahora aumentada con más galfaros, pues aprovecharán la necedad de la Muda que insiste en repetir con los mismos angelitos.

"Tal como se ve, el cuadro es desolador y eso fue lo que me puso a pensar en qué podemos hacer para enfrentar esta situación y mandar gente que de verdad vea al parlamento como una tribuna para la defensa de los intereses de nuestras islas y no la manera de asegurarse un sueldo y medrar a la sombra del Estado, comiéndose las migajas que caen de la mesa del Heredero y sus compinches".

Suelta entonces su idea. "Reúnase con ese grupo de amigos que usted tiene, formen un equipo, atraigan gente de sus mismas condiciones, que las hay en la región, y postúlense a diputados. Le digo sobrino que la tierra está abonada; la gente está hastiada de tanta vagabundería y cinismo de parte y parte. Por los centavos para la campaña no se preocupen, que esos llegarán cuando vean el trabuco que ustedes pueden armar".

La idea no es mala y confieso que a mí sí me gustaría ser diputado, pero no soy bueno ofreciendo cosas que sé que no voy a cumplir. "No se preocupe por eso, sobrino, prometa lo que sí puede hacer. Bastará con que le ofrezca a la gente no hacer nada de lo que hacen los actuales diputados y la gente lo llevará en hombros al capitolio".