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No es tiempo de bajar la guardia
Se nos vienen a la memoria las palabras del presidente Nicolás Maduro a la FANB en mayo del 2018: “Saben ustedes que en las últimas semanas hemos venido desmembrando una conspiración financiada y dirigida desde Colombia y alentada y promovida desde el gobierno de los EEUU (...) Alerta, alerta, que nadie baje la guardia, no es tiempo de bajar la guardia”…
José Gregorio Rodríguez Jotaerre577@gmail.com

25 Mar, 2021 | La política exterior colombiana no da “puntada sin dedal”, por eso sostenemos que las declaraciones el presidente de Colombia, Iván Duque, del 21 de diciembre del 2020, señalando que su gobierno excluiría de la vacunación contra la Covid-19 a los migrantes venezolanos “irregulares” en ese país, no fueron producto de una “ligereza”, forman parte de una política que la élite gobernante en el vecino país, administra a conveniencia desde que el presidente Hugo Chávez llegó a la presidencia de Venezuela en diciembre de 1.998 y se han profundizado contra Nicolás Maduro.

En definitiva, para ellos el tema migratorio con Venezuela no es un problema humanitario, es fundamentalmente un problema político y especialmente de recursos económicos. De cómo ponerle la mano a los dineros “a fondo perdido” que la cooperación internacional dispone para este tema. Por eso es muy importante magnificar el asunto. A mayor problema, muchos más recursos.

Es preciso recordar que el 9 de febrero del año 2.018, desde la ciudad de Nueva York, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, del entonces presidente Juan Manuel Santos, confirmó que “Colombia ha contactado a agencias crediticias internacionales para preparar un plan de rescate financiero por unos 60.000 millones de dólares para su vecina Venezuela si el presidente Nicolás Maduro deja el poder. Nosotros como gobierno estamos dispuestos a ser parte, no sólo de esa conversación y de ese plan, sino también a brindar financiamiento para esa transición. Colombia estima que necesitará unos 30.000 millones de dólares para construir un centro de ayuda que ofrezca a los inmigrantes venezolanos un lugar temporal de permanencia antes de que decidan su próximo paso”.

Luego, el 19 de abril de ese año, el mismo funcionario anunciaba desde Washington que había conversado con las autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI) una propuesta de rescate financiero a Venezuela de 60.000 millones de dólares para su estabilización macroeconómica.

En esta segunda oportunidad el ex ministro no volvió a mencionar la posibilidad de que su país contribuyera con aporte alguno para ese fondo. Lo que sí dejó claro fue que el gobierno de los EEUU, el FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, debían suministrar los recursos. Siempre pensando en el “talento colombiano” para su administración. Por esos días el entonces presidente Santos declaraba: “Con un cambio de régimen, el cual vendrá y espero que venga pronto, la economía venezolana con un buen gobierno va a despegar rápidamente y la oportunidad entonces para Colombia será enorme”.

En septiembre de ese mismo año, el presidente Iván Duque, hacía su debut en la Asamblea General de la ONU, afirmando en su discurso a la plenaria: “Estamos viviendo la crisis migratoria y humanitaria más indignante de la historia reciente de la región, por cuenta de una dictadura que aniquiló las libertades”.

Por eso insistimos, no se equivoquen, la nueva política del presidente Iván Duque, al promulgar el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos (ETPV), no es un gesto humanitario frente a la situación de nuestros compatriotas. Se trata de una operación financiera que le garantizará los recursos necesarios procedentes de otros países, de los organismos multilaterales y hasta de la banca internacional.

Qué casualidad, cuando el gobierno colombiano vuelve a hablar de los recursos que necesita para financiar la migración venezolana, se produce una situación de enfrentamiento en la frontera de Venezuela con Colombia por los lados del estado Apure.

Creemos tiene razón el diputado Diosdado Cabello, cuando afirma en un twitter el 25 de marzo para referirse a la situación que originó los enfrentamientos que costaron la vida de dos oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana: “Los ataques ordenados por el gobierno colombiano, utilizando para tal fin grupos irregulares que operan en territorio colombiano”…

Se nos vienen a la memoria las palabras del presidente Nicolás Maduro a la FANB en mayo del 2018: “Saben ustedes que en las últimas semanas hemos venido desmembrando una conspiración financiada y dirigida desde Colombia y alentada y promovida desde el gobierno de los EEUU (...) Alerta, alerta, que nadie baje la guardia, no es tiempo de bajar la guardia”…

En Colombia andan procurando lo mismo. Una declaración del presidente Duque al País de España del pasado 18 de marzo lo confirma: “Maduro no ha salido del poder, es cierto, pero también reconozcamos varias cosas. Nunca se había puesto un cerco diplomático de esa naturaleza. El proceso es el fin de la dictadura, un Gobierno de transición con participación amplia, la convocatoria de elecciones libres y un plan de reconstrucción de Venezuela. ¿Qué necesitamos? Acelerar ese proceso”.

Tiene razón el presidente Maduro ¡No es tiempo de bajar la guardia!




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