21 Feb, 2021 | En 1992 apareció en Venezuela un redentor criollo, quien por gracia (y miren que gracioso) del papa criollo Rafucho I, ascendió a las alturas siete años después mediante el único milagro que se le conoce a lo largo de su efímera, pero desafortunada vida pública. Este redentor logró encauzar las frustraciones de los venezolanos mediante un voto castigo, que hasta ahora se ha vuelto en contra del pueblo mismo, toda vez que este supuesto salvador, quien ya desapareció en el éter, nos dejó unos herederos que se han ocupado de volvernos trizas la vida.

En el caso de Margarita y sus islas hermanas, al lado de ese elegido, apareció un mesías insular, quien a lo largo de los veinte años que lleva de vida pública, si bien no ha logrado repetir el milagro de las Bodas de Canaán (convertir el agua en vino), me cuentan es un buen alquimista, toda vez que ha logrado trasmutar pescados, lubricantes y otros materiales en noble plata.

A lo largo de estas dos décadas, primero junto al redentor vernáculo y después al lado de su heredero, el mesías isleño ha contribuido de manera importante en la gran tarea emprendida por su mentor, o sea, lograr, como en efecto lo están logrando, convertir a uno de los países más ricos del mundo, en el más miserable y depauperado de las naciones que pueblan el universo.

Pero el mesías no está satisfecho y ahora quiere ser reconocido por las huellas que deje en este su lar natal y ha volteado su mirada directamente sobre sus paisanos isleños, a quienes considera que son la gente más resistente a las calamidades en todo el país y quiere probarlo.

A este efecto, decidió aprovechar el llamado método de la sicología inversa que consiste en hacer todo lo contrario a lo que se dice, con lo cual, según los expertos, se logra aumentar el dolor y el desconcierto. Por ejemplo, si te dice que te dará agua, significa que no sólo te hará padecer por sed, sino que además la derramará a tu alrededor sin que puedas siquiera lamerla del suelo. Pero no te dejará morir, pues en el último momento verterá unas gotas en tu boca para así prolongar la agonía.

Como parte de esta estrategia, se puede identificar las promesas que el mesías viene haciendo en las últimas semanas: más gas, gasolina, agua, petros, comida, sueldos altos, servicios públicos, promesas que a lo largo de estas dos décadas no han podido cumplir ni el redentor criollo, ni su heredero, ni el propio mesías andante. Antes por lo contrario, sus acciones han llevado a engrandecer las calamidades que sufre la gente.

Pareciera que se trata de ciclos o etapas que se cumplen, miren que casualidad, cada vez que se anuncia la realización de elecciones de cualquier tipo. Así aparecen los ofrecimientos sin tasa ni medida con la única intención de pescar incautos, lo cual nos lleva a advertirle a los margariteños que tengan cuidado pues anda suelto un mesías.