16 Ene, 2021 | Todo indica que iremos de mal en peor, si todo sigue en manos del régimen de Maduro. Hoy ,todos los poderes públicos carecen de legitimidad democrática. Venezuela necesita la realización de un proceso de reinstitucionalización. Con autoridades ilegitimas, la Constitución es letra muerta, y todos, estemos investidos de autoridad o no tenemos el deber de colaborar con su efectiva vigencia, como lo establece el artículo 333 de de la normativa constitucional.
Esta situación ha generado una crisis humanitaria compleja caracterizada una creciente y alarmante migración, una pavorosa caída del poder adquisitivo del bolívar, la inflación más alta del mundo, la más baja exportación petrolera en los últimos 77 años, pésimos servicios públicos y el empobrecimiento general de la población, mientras una minoría privilegiada usa y abusa del poder para enriquecerse a costa del patrimonio de todos los venezolanos.
Mucha razón le asiste al Padre Luis Ugalde, ex Rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) cuando afirma: “La sociedad civil debe entender que sin la salida del régimen de Maduro no puede haber ninguna mejora “. Señala además, que “el régimen de Maduro tiene dos puntos débiles: su mala relación con todas las democracias del mundo y el hecho que el 90% de los venezolanos quiere salir de él, no por convicciones ideológicas o intelectuales, sino porque los está llevando a la agonía”.
En materia internacional, Eliot Abrams, representante especial de los Estados Unidos para Venezuela, señaló: “La forma en que esto terminará es con una negociación. “ Uno termina la negociación con las personas que están ahí, seamos realistas. Toda dictadura en Latinoamérica acaba con una negociación”.
Lo cierto es que los demócratas venezolanos ni nos resignamos ni nos rendimos. También sabemos que no hay formulas mágicas y que sin nuestro esfuerzo, sacrificio y voluntad no habrá cambio, porque nadie nos va a regalar nada, sin contraprestación alguna. Que será una tarea dura y difícil, es cierto, nadie ha dicho que sea fácil.
Ya el régimen asomó la posibilidad de un cambio en su relación con el nuevo gobierno norteamericano de Biden aspirando el levantamiento de las sanciones a cambio de la reapertura de la Embajada de Estados Unidos y la liberación de algunos presos políticos, mantenidos como rehenes con ese propósito, como es el caso de los ex ejecutivos de Citgo y dos ex soldados detenidos con motivo de las bufonadas de Chuo y la Guaira. Jorge Rodríguez, lanzó un “caramelo “al nuevo gobierno de Biden: “Queremos lo que históricamente Venezuela ha hecho con Estados Unidos: buenos negocios.”
Aquí, entre nosotros, Guaidó ha hecho un llamado a todos los dirigentes de la oposición para discutir y concertar una política unitaria y coherente frente al régimen de Maduro. Esa intención unitaria debe romper el marco de lo declarativo y pasar a ser un hecho concreto, inequívoco, palpable y digerible por todos los venezolanos que aspiran confianza y esperanza para conquistar el cambio político urgente y necesario.
Corresponde, pues, a esa dirigencia opositora que encabeza Juan Guaidó ofrecer una vía, un camino, una salida para salir de este atolladero político, económico, social y moral que abate a los venezolanos sin distinción alguna. Es fundamental definir esta situación para marchar unidos en la dirección que sea aprobada de manera consensual. Es lo menos que podemos solicitar y esperar de quienes tienen hoy la inmensa obligación y responsabilidad de dirigir a las fuerzas democráticas.
Un minuto por la Transparencia: “El deber de la juventud es pelear contra la corrupción”. Kurt Cobain.