17 Mar, 2020 | Porlamar, la ciudad marinera cumple 484 años de su fundación. Ciudad pujante, de gente honrada y emprendedora, cuna de hombres y mujeres virtuosos que han dado lo mejor por el engrandecimiento de nuestro país, Nueva Esparta y su ciudad natal.

Hoy, con sus 484 años tenemos a una ciudad que nunca imaginamos. Una ciudad triste y desolada después de las 5 de la tarde cuando sus bulevares Gómez y Guevara lucen desiertos, igual que sus calles Mariño, Igualdad y Fraternidad en pleno centro y sus Avenidas 4 de Mayo y General en Jefe Santiago Mariño al este de la misma. Su Plaza Bolivar es la misma, pero ya los porlamarenses no van a pasear por ella ni los novios van a sentarse a conversar en sus bancos. Hace tiempo que se acabaron los vistosos carnavales animados por Bartolo Rojas y Murguey y sus recorridos por la calle Igualdad, la Avenida Santiago Mariño y culminando en el viejo aeropuerto. Quedaron en el recuerdo, se acabaron las misas de aguinaldo en las madrugadas y luego las caminatas hasta el Faro de Porlamar, se acabaron las diversiones y parrandas que venían de El Poblado, Palguarime, Punda y Conejeros. Esa ciudad se acabó con el fallecimiento de sus propulsores y animadores.

Y llegó la nueva ciudad y con ella, llegó otra gente. Llegó el Puerto Libre que luego de su brillo inicial se convirtió en polvo y lodo, pero dejó una huella difícil de borrar en el alma porlamarense. Muchos vendieron sus propiedades inmuebles y se marcharon a otros lares. Otros han dejado de existir y se marcharon al cielo tristes por lo que ocurre en su ciudad natal. Con el Puerto Libre murió un modelo de crecimiento y desarrollo.

Pero, Porlamar mantiene intactos sus infraestructuras icónicas, mudos testigos de la masacre urbanística. Ahí está el Faro de Porlamar, fiel exponente del trabajo digno y laborioso de sus emprendedores, Su Plaza Bolívar con el Libertador vigilante, observando los cambios producidos a su alrededor, Su Iglesia San Nicolás de Bari, hogar cristiano de muchas generaciones, a pocos metros de ella, la escultura de “La Ronda” del Maestro Francisco Narváez, que la regaló a su ciudad natal para que los margariteños nunca olvidaran sus bailes folkloricos, y que hoy luce en un lugar incomodo e inapropiado esperando su reubicación al igual que La Sirena, replica de la que existe en el Palacio de las Tullerias de Paris, el Hospital “Dr. Luis Ortega” ya estrecho e insuficiente para atender la demanda de salud de los neoespartanos, y sus otras plazas Fajardo, Luis Ortega, hacia el norte , Ali Primera en Conejeros y la Plaza Sucre ,devorada por el urbanismo. La vieja escuela permanece de pie, allí están El Grupo “Zulia” en el centro, José Joaquín de León en Punda, Santiago Salazar Fermín en la Avenida Santiago Mariño, Charaima en El Poblado y Antonio María Martínez en Conejeros, el Colegio san Nicolás de Bari y el Colegio de las Hermanas Carmelitas o de las Monjas, como se le conoce, instituciones escolares por donde han desfilado miles de porlamarenses.

Pues, bien un grupo de porlamarenses nos vamos a reunir para hacer algunas propuestas viables y concretas para Porlamar en este nuevo aniversario y las haremos llegar al Gobernador del Estado, Alfredo Díaz y al Alcalde Mariño, Francisco González, ambos porlamarenses.

Van a ser propuestas discutidas y aprobadas por gente que le duele su ciudad, que nació aquí y seguramente morirá aquí, que pretende desinteresadamente contribuir con sus ideas y propósitos para que nuestra ciudad se revitalice , gente que quiere progreso y bienestar para todos, pero sobre todo que quiere una ciudad vibrante, pujante, entusiasta , una ciudad con gente alegre, festiva , cordial y hospitalaria , como siempre ha sido, es y será esta ciudad limitada por cruces, como lo dijo el hijo que le nació poeta, el Dr. Ángel Félix Gómez Rodríguez.

Dios y la Virgen del Valle protejan a Porlamar y su gente en estos 484 años de su fundación.