CÁMARA DE COMERCIO / Foto: Archivo

22 Ene, 2020 | La Cámara de Comercio Puerto Libre y Producción de Nueva Esparta hace un llamado urgente a la dirigencia política de este país, así como a los distintos actores que intervienen en la autorización y facilitación del financiamiento ofrecido por la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina- para la atención de la emergencia eléctrica en cuatro estados del país, incluyendo Nueva Esparta, para que el tema sea abordado con la premura e importancia que se requiere, y no sea politizado o desnaturalizado, atendiendo intereses o posiciones ajenas al auténtico bienestar de estas regiones, duramente afectadas por fallas en el suministro eléctrico.

Hacemos un llamado al entendimiento y a la sincera despolitización del tema, y a sensibilizarse genuinamente con las penurias que atraviesa la población venezolana en materia de suministro eléctrico, servicio que además de impactar la calidad de vida y el bienestar de los ciudadanos, impide la recuperación del sector privado, tan necesario para activar la economía del país, señala nota de prensa.

Consideramos que, de no llegarse a un consenso sobre esta materia, sería desaprovechar una oportunidad única que nos brinda en este momento y en este contexto tan complejo la comunidad internacional. Como empresarios preocupados por el progreso de nuestro país, llamamos a que este crédito no sea tomado como bandera política, ni mucho menos para perjudicar la posición de las instituciones involucradas. Es el momento de pensar en Venezuela. El país está primero.

La recuperación nacional requiere de los mejores hombres, para ejecutar y hacer cumplir las políticas necesarias para alcanzar tal fin. La historia impone hitos en los que los actores demuestran si están a la altura. Éste es el momento de confirmarlo. Se debe trabajar y aprobar la “ley especial para la asistencia técnica y financiera”.

Estamos en una situación apremiante, en la que cada momento cuenta no sólo en tiempo sino en términos económicos. Usando un símil, podemos compararnos a un naufragio en el que el crédito de la CAF significa un salvavidas. La resolución es: nos montamos todos en el barco y lo impulsamos para llegar a puerto seguro, o seguimos zozobrando aferrados a los restos de una accidentada y zarandeada nave.