17 Ene, 2020 | Fue en el mes de agosto del 2012 la última oportunidad en la que el ex gobernador de Anzoátegui, David De Lima, participó públicamente en el debate político para denunciar que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y su entonces candidato presidencial, Henrique Capriles, tenían una agenda oculta, que establecía; la privatización de PDVSA, la eliminación de las misiones, del subsidio a la vivienda y de la distribución de alimentos por parte del estado.

Se realizaron las elecciones presidenciales del 07 de octubre de ese año y el pueblo respaldó nuevamente al Comandante Hugo Chávez, quien le ganó al aspirante de la MUD por casi 2 millones de votos.

Desde ese entonces, David De Lima se convirtió en una especie de “comodín”, al cual apelan los dirigentes del antichavismo para justificar cualquier derrota.

En esta oportunidad lo acusan de haber estado detrás de los acontecimientos que el pasado 5 de enero originaron la elección del dirigente de PJ, Luis Parra, como presidente de la Asamblea Nacional.

Desde las redes sociales lo señalan de haber estado al frente de la “Operación Alacrán”, para comprar el voto de parlamentarios de PJ, VP, AD y Copei, para sacar de la presidencia de la AN, al diputado Juan Guaidó.

En esta en esta ocasión pronostican para De Lima, un final como el del presidente Libio, Muamar el Gadafi y además arremeten contra una hija que vive en New York desde hace casi más de una década, quien luego de egresar de la Universidad de Parsons, montó una exitosa empresa. Al gobierno de los EEUU le piden que deporte a la reconocida emprendedora venezolana.

El abogado David De Lima, trabaja desde hace más de dos lustros como asesor de DENTONS, el más grande bufete de abogados del mundo, para quienes realiza análisis de entorno socio-político, pronósticos de escenario socio-políticos y soluciones extrajudiciales de conflictos, actividad que lo mantiene viajando fuera del país. Desde hace 15 años que salió de la gobernación, De Lima no trabaja en la administración pública.

Ahora los promotores del odio van por más y se ensañan contra una hija. Se hace costumbre en la práctica opositora arremeter contra la descendencia de las mujeres y hombres públicos que defienden el proceso revolucionario.

Acude a nuestra memoria el poema de Andrés Eloy Blanco, Los Hijos Infinitos: “Cuando se tiene un hijo, se tiene al hijo de la casa y al de la calle entera… Cuando se tiene un hijo, se tienen tantos niños que la calle se llena… Cuando se tiene un hijo, es nuestro el niño que compaña a la ciega… Cuando se tienen dos hijos se tiene todo el miedo del planeta… Cuando se tienen dos hijos se tiene la alegría y el ¡ay! del mundo en dos cabezas, toda la angustia y toda la esperanza, la luz y el llanto, a ver cuál es el que nos llega, si el modo de llorar del universo el modo de alumbrar de las estrellas”.