Vista de la entrada al campamento VI de la Base Naval de Guantánamo. / Foto: CORTESIA Yahoo Noticias

14 Sep, 2019 | Hace 18 años una serie de atentados suicidas en Estados Unidos dejaron miles de muertos y causaron una gran conmoción en la sociedad. Los ataques del 11-S cambiaron para siempre la vida del país y desde entonces la captura de sus responsables fue una obsesión para los sucesivos Gobiernos.

Finalmente en 2011, el cabecilla principal, Osama bin Laden, murió en una operación en Pakistán, pero hay otros supuestos implicados que están encerrados en la prisión de Guantánamo (Cuba) a la espera de un juicio que no ha llegado y que probablemente no se produzca nunca, tal y como cuenta BBC Mundo.

Son Jalid Sheij Mohammed, autor intelectual de los ataques; Ammar al Baluchi, encargado del sustento económico de los 19 atacantes; Walid bin Attash, guardaespaldas de Bin Laden y formador de varios de los secuestradores del 11-S; Ramzi bin al Shibh, facilitador clave de los atentados; y Mustafa al Hawsawi, supuesto facilitador financiero de los ataques, aunque su participación ha sido puesta en duda.

Se cree que todos ellos se encuentran prisioneros en el Camp 7, el lugar más secreto e inaccesible de Guantánamo, en el que Estados Unidos envía a los detenidos más peligrosos.

Casi dos décadas después de los atentados del 11-S, por fin un juez ha puesto fecha para el que se considera que podría ser el juicio del siglo. Será el 11 de enero de 2021, pero es un día orientativo y los expertos creen que es difícil que este proceso se termine celebrando.

Los ataques en Estados Unidos provocaron que el país desarrollara una estrategia conocida como la guerra del terror, que se basó en el intervencionismo internacional en países como Irak o Afganistán.

Al mismo tiempo empezaron a llegar prisioneros a la base de Guantánamo, controlada por Estados Unidos, pero en suelo cubano. En 2003 ya había más de 600 que el Gobierno consideraba como ‘combatientes enemigos ilegales’, es decir, al no ser prisioneros de guerra, EE.UU. no se rige por las convenciones internacionales y puede tenerlos encerrados de manera indefinida, sin juicio y sin representación legal, señala nota de Yahoo Noticias.

Además de esta consideración, hay otros motivos para pensar que el juicio no se va a celebrar. Uno de los más importantes es que hubo muchos detenidos que en los primeros años del siglo XX sufrieron torturas en los centros de detención de la CIA.

Así, los fiscales no podrían usar como prueba muchas de las confesiones obtenidas porque se hicieron bajo coacción, lo que haría que el proceso tuviera problemas para seguir adelante. La opción que tiene Estados Unidos es la desclasificación de documentos que revelen los métodos bajos los que se obtuvieron las confesiones, algo que no le interesa al país, por la mala imagen que puede transmitir.

Aún hay más. George W. Bush determinó durante su segundo mandato que este tipo de presos serían juzgados por un tribunal militar, que no reconoce los derechos fundamentales de estas personas, pero Obama paralizó el caso y suspendió la competencia en un intento de que hubiera algo más de justicia.

Así, viven en un limbo legal en el que no pueden ser trasladados a Estados Unidos ni llevados ante las cortes federales, pero tampoco pueden ser juzgados en esta región cubana, ya que el complejo no tiene las infraestructuras necesarias para un acontecimiento de esta magnitud.

Nos encontramos, por tanto, en una situación que no parece tener salidas y los expertos coinciden en que lo más probable es que los detenidos terminen muriendo de viejos antes de poder enfrentarse a un tribunal.

Una de las promesas estrella del mandato de Obama fue desmantelar y cerrar la cárcel de Guantánamo, sin embargo no fue capaz. Pese a que redujo sensiblemente el número de prisioneros, hubo aproximadamente 40 que no fueron trasladados a ningún otro sitio. Cinco de ellos son esos supuestos autores del 11-S, que siguen sin saber qué será de ellos.