Disminución de consumo de licores en la isla. / Foto: OLYANA MARCANO-@olymarcano

6 Sep, 2019 | La economía del país ha sido golpeada por la crisis, sin exceptuar a las licorerías y bodegones en la región insular. Estos establecimientos se mantienen a pesar de que los hábitos de consumo de licor de los margariteños y turistas han cambiado, decantándose por bebidas mucho más económicas.

El gerente de Total Wine, Leonard Salazar explicó que el target de los margariteños ha bajado, así como el de la mayoría de los visitantes de otras regiones.

A su juicio, esta vez no hubo temporada vacacional para bodegones y licorerías pues no hubo afluencia de turistas, y las ventas se mantuvieron con los locales quienes buscan bebidas a base de ron.

Acotó que antes el mayor consumo era de whisky pero ahora, junto a los vinos, son los que menos salida tienen por su alto costo.

Asimismo, los margariteños buscaban rones que eran acompañados con refrescos de cola, una mezcla que ahora poco se da, por el elevado valor de las gaseosas.

También reseñó que el consumo de cerveza ha bajado bastante, sobre todo la venta por caja ya que cuesta más de 230 mil bolívares, mientras que una lata ronda los ocho mil bolívares.

Disminución de consumo de licores en la isla. / Foto: OLYANA MARCANO-@olymarcano

A pesar de las circunstancias, bodegones como Total Wine buscan generar promociones en rones que es lo que más busca la gente, ofertando precios competitivos.

Para Salazar la diferencia entre los clientes es muy marcada, ya que quienes tienen mayor poder adquisitivo compran whiskys de 12 años, mientras que el resto adquiere rones como 5 Estrellas, Samán, Caricuao los cuales no exceden los 50 mil bolívares.

Por su parte, Rómulo Carpio, gerente de la Casa de la Caña, indicó que los consumidores se decantan por los licores de ron, ron blanco y bebidas como la Caroreña o Don Julian, que no superan los 50 mil bolívares y vienen en envases de 1.75 litros.

Acotó que los turistas también han bajado el nivel de los licores que consumen, mientras que antes buscaban whiskys, ahora prefieren rones de buena categoría como el Cacique 500, Santa Teresa, acompañados de refresco y limón.

Mientras que los whiskys de ocho años como Los Monjes y el Black & White varían entre los 250 mil y 300 mil bolívares. Siendo el escocés de 12 años el que tienen menor salida, y los de 18 años se venden apenas una botella al menos.

Los vinos frescos, sin corcho y de cepas jóvenes, son los que tienen más demanda por su valor que oscila entre los 100 mil y 150 mil bolívares.

ORDEN

Maria Jose Caraballo - Dirección de renta / Foto: JOSELIN CHACON - @joselinaymarch

La directora de Rentas de Mariño, María José Caraballo comentó que en esta jurisdicción hay 510 licencias de licores las cuales están distribuidas entre licorerías, bodegones, discotecas, restaurantes, hoteles, etc.

Explicó que a pesar de la situación económica los expendios de bebidas alcohólicas se han mantenido en Mariño, aunque conoce que la gente ha variado la compra con respecto a los años anteriores.

Caraballo dijo que los establecimientos se han reinventado para seguir vendiendo y ahora ofrecen licores de menor calidad, por ejemplo la cerveza no sale en cajas tan seguido, pero siempre hay quien se tome una o dos.

La directora de Rentas de Mariño indicó que la Ordenanza de Actividad económica estaba desfasada, por lo que en conjunto con la Cámara Municipal la actualizaron.

Acotó que se actualizó el primero de julio, pues el cobro de la renovación antes de esto era de 1,96 bolívares, mientras que ahora es de 3,5 Petros (280 mil bolívares) y la obtención de una nueva licencia de licores es de 10 Petros (Bs. 800 mil).

Asimismo, dijo que cuando llegaron en 2017 tenían más de 60% de las licencias desactualizadas y ahora tienen el 80% al día.

Alexis Gutiérrez, gerente de Celimar, dijo que uno de los productos que ha sufrido más por la hiperinflación es la cerveza, la cual era una de las que tenía más demandada.
Comentó que la gente ya no compra las cajas porque son demasiado costosas, pero cada vez que pueden se toman un par de “cervecitas” para refrescarse.