16 Ago, 2019 | Los sitios de playa –humanamente relajantes- se parecen. Son lugares comunes del Mar; providencias abiertas y parajes que la humanidad no ha sido capaz de preservar, cuidar y valorar. No hay un juguete más creativo y anhelado por un niño que una playa de mar o de río. A los viejitos les encanta y, para una rumba es el escenario ideal… ¡para gozar un puyero!

Tenemos en Venezuela las playas más útiles y esplendorosas ¡Riquísimas! Portentos y, en las Islas ¡Dígame las de La Margarita, Coche y Cubagua! ¡Son paraísos! Pero, de veras no las queremos y apreciamos. Ni siquiera respetamos su personalidad ambiental. Por aquí, por tierra firme conocí hace años a una playa, ya famosa, que no he podido olvidar PLAYA MEDINA. Deslumbrante. Oleo viviente de la naturaleza. Acogedor y paradisiaco. Ahí se dieron casi todos los componentes naturales para pasarlo de maravillas.

Tan es así que en aquel momento estelar de mi vida le hice una canción con esta letra: “Vivir un instante azul / de magia y soledad /esta estancia de amar / Vivir un milagro del mar y ser / poeta / pintor y juglar… / Fondeadero de piratas / de Colón / de la sal / Playa Medina besas / siembras intimidad / humedeciéndonos labios / la sangre / asombros / esta paz / donde cantan los bardos de la noche / de nuestro despertar / Y / al ritmo de este valse / dicen los Cocotales / si se me van vuelvan a regresar / Playa Medina de Sucre / preciosísima postal…/”. Soy asiduo a esta excelente estadía, para que el ser humano comprenda y acepte que es “Obra de Dios” como dice el HIMNO AL ARBOL …

Fuera de ahí la basura y los escombros de momentos y orgías pasadas. De la tala y de la quema de sus praderas y, algo, que, ya da pena decirlo ¡la droga y actos inmorales que no respetan a niños y a nadie…! Y, por favor… ¡No perdamos a Playa Medina! –Éxtasis de amor, para los que sí creemos en El Amor y en Dios…-

¿Azul?