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28 de marzo de 2024





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Mañana de entreno
Quinientos metros de calentamiento, nadando suave, corrigiendo y permitiendo que cada musculo entre en calor para que se active todo el sistema circulatorio y respiratorio.
Alfredo Calvarese

10 Jul, 2019 | En cada nuevo amanecer y en cada entreno solo nos permitimos expresarle a la vida: “aquí vamos de nuevo y no nos rendimos, somos unos bendecidos”. Y llenos de gratitud una vez más nos lanzamos confiados y felices al agua.Quinientos metros de calentamiento, nadando suave, corrigiendo y permitiendo que cada musculo entre en calor para que se active todo el sistema circulatorio y respiratorio.

Veinte series de 100 metros o cuatro piscinas de 25 metros al 80% de nuestras capacidades, descansando unos 15 segundos entre una y otra, lo que implica unas pulsaciones promedio de 155 por minuto. “Fuera” dice Nersito quien guía y dirige el entrenamiento y programa su reloj según el tiempo seleccionado. “Fuera” una vez más y nos entregamos a esta meditación dinámica donde fluyen nuestras energías, anulando cualquier rigidez interna y desconectándonos de lo que somos.

Desplazarse tan perfectamente y que el cuerpo se coordine tan correctamente solo trae satisfacción ante el ejercicio y gratitud ante esta maravillosa manera de expresar nuestras existencias. El cuerpo ha aprendido exactamente el ritmo que necesita mantener para poder trabajar las series correctamente. El trabajo puede parecer monótono pero simplemente experimentamos una dicha que solo quien se ejercita permanentemente puede comprender.

Cinco series de doscientos metros, de igual manera al 80% de nuestras capacidades aumentando el ritmo de las pulsaciones y ahora el entreno se pone duro y los hombros lo recienten en la séptima y octava piscina, descansando unos 15 segundos antes de volver a salir. Justo ahora es cuando no debes abandonar el trabajo y la evolución sucede si te mantienes a ritmo.

Durante las pausas y al llegar respiras par de veces profundamente y exhalas lentamente bajo el agua y luego restan cuatro o cinco respiraciones fuera del agua que te permiten bajar las pulsaciones de 160 a 140 antes de salir de nuevo. El entreno es un encuentro contigo mismo, es una toma de consciencia de todo tu ser, es un largo momento de paz e introspección.

Trescientos metros soltando suave para destensar los músculos y terminamos con 14 series de 50 metros o dos piscinas que personalmente hago con aletas y snorkel. El entreno es una manera de entender el valor de un proceso, de saber esperar desde el gozo y la alegría y no desde la impaciencia y desespero.

De pie y con el agua rozando tu barbilla cierras los ojos dejando que el cuerpo asuma la misma quietud del agua. Es casi una manera de orar en silencio. Bajan las pulsaciones hasta las 65/70 de promedio y permites que las 180 piscinas o los 4.500 metros se diluyan en la memoria del cuerpo y aun con los ojos cerrados solo te dejas abrazar por esa gran paz mientras lo de afuera se hace parte de uno y lo real deja de ser interpretado.




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