2 Jul, 2019 | Los días 23 y 27 de junio de cada año son fechas para conmemorar el ejercicio de dos profesiones universitarias: abogados y periodistas.

La primera, 23 de junio es el día de abogado venezolano que fue instituida en 1972 bajo la presidencia del Dr. Rafael Caldera, insigne doctrinario del Derecho del Trabajo, a solicitud de la Federación de Abogados de Venezuela, en conmemoración del nacimiento de don Cristóbal Mendoza, primer presidente constitucional de Venezuela y hombre ligado a las luchas del Libertador Simón Bolívar.

La segunda, el 27 de junio, es el día del periodista venezolano, que fue aprobada por una Asamblea de la Asociación Venezolana de Periodistas (AVP), a solicitud del periodista Guillermo García Ponce, para conmemorar que en esa fecha hizo su aparición en 1818, el Correo del Orinoco, diario fundado por el Libertador Simón Bolívar, considerado el periódico patriota y de mayor relevancia de la época de la independencia.

Hoy, abogados y periodistas no tenemos nada que celebrar. Los profesionales de ambas especialidades universitarias ejercen sus respectivos oficios en medio de enormes dificultades, privaciones y atropellos provenientes de la esfera gubernamental.

Este régimen se ha caracterizado por una constante y permanente violación a las normas constitucionales. Hoy, no puede hablarse de la vigencia de un Estado de Derecho, porque no existe separación de poderes, requisito básico y fundamental para el sostenimiento del Estado democrático. Aquí no hay una justicia imparcial, independiente y oportuna, por el contrario, vivimos una justicia mediatizada, amordazada, partidizada y desprovista de la más elemental ética, hasta el punto que estamos ubicados en los últimos lugares en el cumplimiento de los estándares internacionales de justicia en el planeta.

En el campo del periodismo el panorama es igual, o quizás peor. En Venezuela la libertad de expresión e información está sometida a las arbitrariedades del régimen. De casi 100 diarios, hoy no llegan a 30 en circulación, porque el gobierno no le suministra el papel necesario para sus actividades. Las plantas televisivas viven amenazadas con no renovarles la concesión., como ocurrió con Radio Caracas Televisión que lleva largo tiempo fuera del aire. Las emisoras de radio viven bajo la espada de Damocles de la suspensión por los constantes “exhortos” de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel).

Muchos periodistas han tenido que abandonar el país, están en el exilio demostrando la calidad y preparación de nuestros profesionales universitarios, y los que se han quedado siguen defendiendo el derecho a informar en medio de atropellos de las fuerzas de seguridad y de los llamados “colectivos” que siguen órdenes del partido de gobierno.

Abogados y periodistas venezolanos son profesionales que luchan por el cambio y la transformación. Abogados y periodistas han demostrado a lo largo de nuestra historia que han sido, son y serán factores de independencia y libertad. Abogados y periodistas son profesionales difíciles para regímenes como el actual y por ello son objeto de persecución, hostigamiento, cárcel y exilio. Abogados y periodistas son profesionales que en su gran mayoría luchan por una mejor Venezuela, más democrática y más justa

A todos los abogados y periodistas venezolanos, especialmente a los que hoy ejercen su oficio en nuestra región Insular vaya nuestras palabras de aliento y estimulo en estos duros y difíciles momentos que vive la patria de Bolívar para que no desmayen en sus luchas por el cambio político y que con fe y esperanza marchemos unidos por la justicia, la verdad, la dignidad, la libertad y la democracia que todos queremos y merecemos.