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Se hunde el barco
El tiempo transcurre y la desesperación hace de las suyas en el ánimo del novel dirigente de la oposición venezolana, a quien no se lo ocurrió una mejor idea que enviar un destemplado mensaje a los integrantes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana
José Gregorio Rodríguez /jotaerre577@gmail.com

13 Jun, 2019 | Definitivamente, Juan Guaidó no ha logrado mantener la capacidad de convocatoria más allá de la emoción que sus efectistas anuncios del 23 de enero y 23 de febrero produjeron en la población opositora.

A partir del fallido golpe de estado del pasado 30 de abril, del fracaso en el intento de provocar una fractura en la FANB y de la frustrada activación de la publicitada Operación Libertad, a la que no se incorporaron ni militares ni pueblo, se registra un sostenido deterioro del liderazgo del presidente de la Asamblea Nacional.

A la salida de fuerza instrumentada por el muchacho de La Guair, se le atravesó en el camino la extraordinaria iniciativa del gobierno del Reino de Noruega, de convocar a un nuevo intento de diálogo en la ciudad de Oslo.

Forzado por las circunstancias, por la presión del Grupo de Contacto Internacional, de la Unión Europea y hasta del Grupo de Lima, a Guaidó no le quedó de otra que enviar representantes a los dos primeros encuentros exploratorios.

El tema es que lo hizo a escondidas y “su gente” se enteró luego de la primera visita a la capital de Noruega. Esto produjo el desconcierto en sus filas, el cual se incrementó exponencialmente luego de que se conociera la grabación de una reunión del secretario de estado estadounidense, Mike Pompeo, con la comunidad judía en Nueva York, en la que el alto funcionario del gobierno de Donald Trump, advirtiera que en el antichavismo venezolano existían por lo menos 40 aspirantes a la presidencia de la república.

El tiempo transcurre y la desesperación hace de las suyas en el ánimo del novel dirigente de la oposición venezolana, a quien no se lo ocurrió una mejor idea que enviar un destemplado mensaje a los integrantes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, al tiempo que se produce la iniciativa de diálogo promovida por el gobierno noruego, con el respaldo mayoritario de la comunidad internacional.

Guaidó le escribió a las FANB el pasado 12 de junio: “Maduro está de salida. La soberbia del régimen hundió al país. La pregunta no es a él, un dictador disociado que no gobierna, es a la FAN y entorno: ¿será por las buenas o por las malas? El país necesita una solución ya y los venezolanos tenemos la capacidad de lograrla como sea”. Hasta el “tonito” de amenaza es inapropiado.

Quienes todavía de buena fe todavía confían en esa errática dirección política, le entonan al diputado Juan Guaidó, la letra de la canción de Porfi Jiménez, Se hunde el barco:

“Se hunde el barco mi querido capitán, se hunde el barco no lo dejen naufragar. Se hunde el barco si usted sabe navegar. Se hunde el barco usted nos tiene que salvar (…) El cambio de rumbo resultó fatal pues olas inmensas nos van a atacar corrija la ruta mi buen capitán pues se acaba el tiempo de rectificar”.




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