13 May, 2019 | Nos comentaba Doña Elodia que el agua y la luz han sido desde siempre los servicios básicos más anhelados y reclamados por los vecinos de las comunidades. Hoy, lamentablemente, se han convertido en el dolor de cabeza de todos los días de los neoespartanos, disputándose el grado de mayor angustia con los inalcanzables precios de los alimentos y productos esenciales para vivir bien, con la carencia o prohibitivos costos de las medicinas y la inseguridad, entre otros problemas. Increíble pero cierto que, la calidad de vida de los margariteños y cochenses, en relación al uso de estos dos servicios, ha involucionado alrededor de 50 años.

En este espacio nos ocuparemos del uso irracional del agua: Su suministro abarca ciclos desde 21 días, hasta meses; volvimos a su cargado en tobos o baldes para su guardado en pipotes y tanques; regresamos al uso de totumas y perolas para el baño diario y a reutilizarla luego de lavar los corotos de la cocina para regar las maticas; nuevamente volvimos a usarla y reusarla en el lavado de las ropas. En fin, a ingeniárnosla para su estricto uso y racionamiento.

El problema del agua en nuestro estado es sumamente grave y no observamos que haya ninguna intención en la empresa Hidrocaribe para mejorarlo y menos solucionarlo. Es así, que mientras comunidades enteras se mueren de sed y son trancadas sus calles por días con protestas de sus pobladores, en otros sectores le dispensan el vital líquido en grandes cantidades y hasta por tres días consecutivos. Obviamente, que esto trae como consecuencia que, el ciudadano común, al no poseer capacidad de almacenamiento para tanta cantidad y sumado eso al deterioro vigente de las tuberías, el agua sea malgastada, se escape y produzca los miles de botes de agua que observamos en gran parte de la geografía insular.

De igual forma, nos refería El Gavilán que también existen privilegios a la hora del suministro del agua, ya que en una conocida fundación, perdón, urbanización del municipio Maneiro, donde reside uno de los máximos jerarcas de Hidrocaribe, el ciclo de suministro es de una semana por tres días seguidos. ¿Qué tal? Entonces, ¿dónde está el plan de racionamiento equitativo?. Estimamos que, luego de corregidos y reparados todos esos criminales botes de agua, 24 horas de suministro, una vez por semana es suficiente para abastecer nuestra capacidad de almacenamiento y realizar los oficios respectivos del hogar.

Por ahora está bueno, hasta el próximo Zaperoco donde nos ocuparemos del problema de la luz, bueno si Eleoriente lo permite.