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28 de marzo de 2024





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Asamblea Nacional
La dimensión de la crisis es inconmensurable que amerita un gobierno de transición y la democracia pide a gritos elecciones libres y transparentes para que el pueblo decida su destino.
LUIS LONGART

11 Mar, 2019 | En 2015 hubo elecciones parlamentarias. La oposición democrática derrotó ampliamente a las fuerzas oficialistas al obtener las 2/3 partes de los diputados.
Poco tiempo después, el ilegitimo Tribunal Supremo de Justicia dictó una sentencia “anulando” la elección de los diputados del estado Amazonas. Al incorporarse esos diputados a sus curules, los ilegales magistrados procedieron a decretar a la Asamblea Nacional en “desacato”, una figura jurídica que no aplica a las instituciones.
Luego, para rematar la faena antidemocrática y violatoria de la Constitución, Maduro llamó a la elección de una “Constituyente”, sin consulta popular aprobatoria, y es así como un grupo de 500 aplaudidores y aduladores tarifados pretendieron sustituir a la Asamblea Nacional, a cuyos diputados no les pagan dieta alguna, no hay papelería en sus oficinas, ni mantenimiento a sus equipos, mientras se mantiene en permanente hostigamiento y agresión a los diputados por parte de “colectivos” y el oficial que dirige la “custodia” del Capitolio Federal.
Los diputados a la AN son perseguidos, varios han sido detenidos violando su inmunidad parlamentaria, otros se han exilado como Julio Borges, José Manuel Olivares y Gaby Arellano, mientras Freddy Guevara permanece en la Embajada de Chile y Juan Requesens tiene 7 meses en las mazmorras del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin).
No obstante, los diputados a la AN resistieron y resisten la embestida oficialista y hoy han rescatado la credibilidad en el Parlamento, como única institución legitima del país, luego de las presidencias de Henry Ramos Allup, Julio Borges y Omar Barboza, quienes merecen reconocimiento público por su labor tesonera en favor de la democracia y la libertad.
Ahora tenemos a Juan Guaidó y las cosas han cambiado. A la ilegal Constituyente nadie le hace caso, igual que al ilegitimo Tribunal Supremo de Justicia y ni hablar del Fiscal General impuesto ni mucho menos a quien funge como Defensor del Pueblo.
La extraordinaria confluencia de la movilización popular y la presión internacional de la comunidad democrática han colocado a Maduro y a su pequeño grupo contra las cuerdas. La verdad es que si tuvieran un mínimo de vergüenza ya hubiesen renunciado.
Nuevos aires de cambio soplan en todo el país, que piden el cese de la usurpación. La dimensión de la crisis es inconmensurable que amerita un gobierno de transición y la democracia pide a gritos elecciones libres y transparentes para que el pueblo decida su destino.
Se equivocan quienes creen que con la fuerza de las armas aplastarán a los venezolanos. Quienes actúan así y quienes los sostienen serán irremisiblemente derrotados por el siempre glorioso pueblo venezolano.
Es hora que apoyemos, respaldemos y valoremos en su justa medida a nuestros diputados a la Asamblea Nacional en este renacer histórico de los demócratas venezolanos. Fuerza, lucha y fe que el cambio viene.




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