6 Mar, 2019 | Los venezolanos vivimos una tragedia continuada. Son 20 años de fracaso que nos han traído ruina y desastre y por ello somos objeto de atención mundial. Nuestro dramático caso es analizado y discutido en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Organización de Estados Americanos (OEA), Unión Europea y más allá, mientras los distintos gobiernos expresan su apoyo y respaldo a la democracia y la paz en la patria de Bolívar.

Aquí el problema radica en un grupo de insensibles burócratas apoyado en la fuerza de las bayonetas que pretende seguir usurpando el poder luego de elecciones fraudulentas y de innumerables violaciones a la Constitución Nacional.

Hace poco tiempo la ayuda humanitaria gestionada por Juan Guaidó, Presidente de la Asamblea Nacional y Presidente Interino, fue objeto de un brutal y salvaje ataque causando el incendio de dos camiones en la zona fronteriza con Colombia y en la frontera con Brasil indígenas pemones fueron víctimas de ataques armados por parte de militares y los llamados colectivos con el resultado de varios muertos y decenas de heridos de bala.

Ciertamente, no merecemos esto. Ya basta de tanto abuso, atropello y violación a los derechos humanos.

El señor Maduro debe reflexionar y buscar la manera civilizada y honorable para abandonar el poder. Esto no se soluciona con bonos, ni con vacaciones anticipadas ni decretando días no laborables donde no hay nada que celebrar. Hoy, más de 300.000 personas están en riesgo inminente de morir por falta de medicamentos y muchos padecen de desnutrición extrema, mientras Maduro y su pequeño grupo hablan gamelote acerca de la autodeterminación y soberanía, que no es otra cosa que permitir que el pueblo decida su destino, que es lo menos que ellos desean.

Insistimos en el papel que debe jugar la Fuerza Armada Nacional en el desenlace de esta crisis. El artículo 328 de la Carta Magna es muy claro al respecto, los militares están al servicio de la nación y no de parcialidad política alguna. Así que tienen una oportunidad histórica para colocarse al lado del pueblo y de la Constitución.

Al momento de salir este artículo, Juan Guiadó debe haber regresado al país. Aspiramos que su regreso sea en paz y sin trauma alguno. Maduro sabe lo que significa atentar contra la integridad del Presidente de la Asamblea Nacional.

Por lo demás, tenemos nuevos presos políticos de estas jornadas por la entrada de la ayuda humanitaria, entre ellos, gente de Nueva Esparta, el periodista Mario Peláez Blondell y el dirigente político Juan Bautista Mata, acusados de delitos que no han cometido.

El cambio viene y es imparable. Cuando un pueblo se decide a cambiar, no hay fuerza que lo detenga. Hay un plan definido: Cese a la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres y democráticas.

El cambio político es un clamor nacional y así será en el nombre de Dios.