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Artesanía de collares que inspira al ritmo marino Cuando era adolescente, hace 30 años, Luisita Carmen Vásquez, quien residía a orillas de playa La Restinga, elaboraba collares con conchitas pulverizadas de la acción de las olas marinas. Años después, transmite el conocimiento a su entorno más íntimo, hija y sobrina. Yanet Escalona | @YanetEscalona
La acción de las olas va dejando su huella en las conchitas que deposita en la arena de La Restinga. / Cortesía 13 Feb, 2019 | Era niña y esos paseos por la extensa y mágica playa La Restinga del Parque Nacional del mismo nombre llevaba a la entonces niña y luego adolescente, Luisita Carmen Vásquez a recoger conchitas fósiles formadas por siglos sobre playa La Restinga, pulverizadas debido a la acción de las olas. Era su fuente prima artesanal para elaborar tradicionales collares, en medio de esa sencillez sin cortapisas. Luisita Vásquez enseña a su hija Luisaurys Hernández y su sobrina Emily González a elaborar collares / Foto: Yanet Escalona Quienes visitaban esta afamada playa insular que forma parte del Parque Nacional La Restinga admiraban esta expresión artesanal y espontánea. Luego vinieron productos asiáticos, un comercio desbordado y con el temporal aquellos lindos collares desaparecieron como opción artesanal y espontánea de la comunidad pesquera. Actualmente Luisita Vásquez reside en Chacachacare, municipio Tubores, y cuando puede acude a playa La Restinga donde recoge la materia prima a la orilla y enseña a su hija Luisaurys del Valle Hernández Vásquez, de 10 años, y orienta a su sobrina Emily Carolina González para retomar desde ese lar tuborense una forma artesanal de elaborar tan típicos collares, a la usanza tradicional. Una manera autóctona de retrotraer entre recuerdos esa usanza con collares nacidos de la naturaleza de una emblemática Margarita, extensa y con remanso, porque no sólo es material con conchas y fósiles diseminados en su orilla sino La Restinga es agua con nutrientes, guacucos y especies marinas como regalo de Dios. | |