13 Ene, 2019 | La escasez de agua para el consumo humano se hace cada día más alarmante y amenazadora, no sólo en nuestro Estado Nueva Esparta, sino a nivel nacional y, hasta puede decirse, casi a nivel mundial.

La falta de este preciado líquido en la región insular, se le ha venido atribuyendo, según los organismos encargados de atender este importante servicio público, al bajo caudal de agua que ingresa a la isla desde tierra firme, lo cual no deja de ser un argumento de bastante peso y de alta credibilidad, mientras que otras opiniones, especialmente emitidas desde el ángulo político por sectores de la oposición, acusan directamente del problema a una supuesta desidia oficial en cuanto al mantenimiento técnico de la infraestructura del sistema de captación, tratamiento y distribución del agua, lo cual ha traído como consecuencia el deterioro progresivo de este importante servicio.

Sea cual sea la causa de esta situación de escasez del agua, incluyendo los dos razonamientos antes planteados, el problema realmente está en que la falta de este preciado elemento es cada día más crítico y alarmante, especialmente en nuestra región insular donde no contamos con fuentes de agua potable que posean la capacidad suficiente para abastecer la demanda actual de este preciado líquido, manteniéndonos “dependientes” como todos sabemos, del suministro que nos entregue tierra firme, del agua que consumimos.

Ojala, y a ello apostamos fervientemente, el problema, bien sea por deficiencia en la cantidad de agua que ingresa o por la falta de un mantenimiento e incapacidad técnica, quede pronto superado y que la situación por la que confrontamos en estos momentos, nos sirva de lección para corregir en el futuro próximo las anomalías o dificultades que haya que atender y despierte entre nosotros la conciencia del ahorro y conservación del agua, como un recurso natural indispensable para la subsistencia humana, que cada vez tiende a agotarse y hacernos más difícil su acceso.