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Familias neoespartanas requieren retomar la enseñanza de los diferentes valores
Los padres en años anteriores, eran conscientes del rol de educar y formar, sin dejar esas tareas a las instituciones educativas. Hoy en día es evidente que ese rol lo han cedido derivando en una pérdida notable de principios.
Martha León | @LeonMartik

Foto: Joselin Chacón

La enseñanza impartida en el núcleo familiar es como un semillero en el que se plantan varias semillas, llenas de valor como el respeto, la tolerancia, la solidaridad para la vida. / Foto: Joselin Chacón

9 Ene, 2019 | Los padres insulares emprenden la educación de sus hijos con el firme deseo de multiplicar en ellos cada uno de esos valores, actitudes o normas de conducta aprendidas en los hogares, que les ayuden a ser mejor persona, enseñando el respeto, la consideración, la cortesía, la tolerancia, renunciar a la violencia, entre otros.

Pero a medida que transcurre su desarrollo en la sociedad, el niño o joven también descubre que existen otras acciones diferentes, como el egoísmo, la falta de tolerancia, la violencia, el racismo y la ambición, que les permitirá crear, su propio criterio y determinar cuales son aceptables o despreciables.

Continuamente se ha hecho evidente la pérdida o sustitución de valores por otros en la población, lo que hace oportuno un llamado de atención a los padres, las instituciones educativas y los organismos públicos en el trabajo continuo por fortalecer, reforzar y rescatar, los valores familiares, espirituales, morales y personales en las nuevas generaciones.

El sociólogo Jesús Indriago Campos comentó que los valores más que haberse perdido, han sido sustituidos en las nuevas generaciones por otros negativos, como la falta de sentido de pertenencia familiar, el sentido de la responsabilidad, la violencia, el respeto entre la pareja y hacia el otro. A su juicio, eso es debido al mal ejemplo que han dado los padres porque todo comienza en el hogar, en lo que ven y oyen los niños de sus padres o familiares.

Campos indicó que el proceso de socialización del niño comienza en el núcleo familiar, luego es ampliado en la escuela, y continúa su proceso en la comunidad, tres componentes que forman a la persona. Pero en la actualidad el padre y la madre han descuidado su rol por la situación económica y los diversos factores que les envuelven, luego en el transcurso de desarrollo se encuentra la labor del docente, que se ha desvirtuado mucho, lo que ha deteriorado esa responsabilidad formativa, que luego deja ver la gran falla y carencia de valores en la comunidad o la calle.

Para el especialista los valores que deben rescatar los neoespartanos son el respeto, el sentido de pertenencia de la vecindad, los cuales deben ser retomados por las autoridades locales entre ellas alcaldías, concejos municipales, en un trabajo de calle, sector por sector y núcleo familiar, para restituir y retomar el valor de la familia, porque es necesario un cambio cultural para dar paso a una transformación social.

“Se debe contribuir a elevar el nivel de los pueblos y la gente, porque si se restituye el valor de la familia, su cultura, la gente, la vida de las personas, su día a día, y en el núcleo familiar, donde los padres multiplican y forman con valores, que luego serán reforzados y fortalecidos en la escuela, podrá ser evidente el resultado de ese producto y buenos resultados en la sociedad”.

IMPULSAR LA SOLIDARIDAD
Por su parte la psicóloga Gisela Quintero recalcó que viene haciendo un trabajo que se hace periódicamente con una ONG donde buscan rescatar o impulsar en el estado la solidaridad, la libertad, la corresponsabilidad, y la fe enfocada en la potencialidad del ser y los recursos que estan sustentados en la sostenibilidad y sustentabilidad preservando el ambiente y los valores propios de la región.

La especialista enfatizó que en la región insular se ha perdido la tolerancia, el respeto a lo que somos, a las personas que nos rodean, el valor de un pueblo, subvalorando las cosas importantes de la vida y privilegiando otras que no son tan importantes, o superficiales, que crean seres pendientes de una apariencia física, aunque no tienen para sostenerse o están pasando hambre.

De igual forma, Quintero reseñó que los valores han sido demolidos o distorsionados en gran parte por el discurso político de los actores que han estado en la palestra, en el cual no importa la educación, la familia, la ciudadanía, elementos claves y de gran importancia para mantener los valores en las personas, que se han ido disolviendo, desintegrando y desdibujando y por lo tanto, se produce una pérdida de valores en la sociedad.

La psicóloga pronunció que lo que se debe hacer es ir a todos los sectores, tratando de contrarrestar y cambiar el discurso demoledor, por el discurso de los valores y para esto se debe insistir en las escuelas, en la educación de los más pequeños, hasta los más grandes. “Una tarea en la que los padres deben insistir es en el rescate de los mismos, porque si los entes gubernamentales no lo están haciendo, la sociedad civil debe hacerlo”, acotó.

PAPEL DE LOS PADRES
La psicóloga Rosa Campobasso puntualizó que en los insulares los principales valores que se deben rescatar son el respeto y la solidaridad porque estos nos permiten convivir mejor, los cuales son evidente que se han perdido en la calle, cuando se irrespetan las normas, el paso peatonal, no importa nada, sino solo el YO.

De igual forma precisó que esta desintegración de los valores, se puede ver en las unidades de trasporte cuando no se cede el puesto al anciano o la mujer embarazada.
“El respeto y la solidaridad son básicos para recuperar nuestro gentilicio algo que caracterizaba a los venezolanos y que ha permitido el desarraigo de esos valores que se siembran en el núcleo familiar, y la escuela solo refuerza eso valores que se dan en la casa”, indicó.

Expresó que ese desarraigo en la práctica ha sido producto de la poca presencia de los padres en el hogar debido al trabajo, en el que comparten pocas horas con sus hijos. Manifestó la psicóloga su preocupación ante el fenómeno que hoy en día se presenta en el cual padre y madre se han ido fuera del país, dejado a sus hijos bajo el cuidado de un familiar o vecinos, exponiéndolos a otros peligros como el maltrato sicológico y sexual de niños y adolescentes.

Refirió que en un trabajo de El Nacional del 02 de enero del 2019 se pudo conocer que la presidenta del Instituto Tachirense de la Mujer (Intamujer) Beatriz Mora expresó, su preocupación porque en el año 2018, entre los meses de enero a noviembre fueron atendidos unos 10 mil casos de violencia, con incidencia en la psicológica y física.
Campobasso manifestó que en vista de la realidad donde los padres no están conscientes de su rol y lo han cedido, se debe rescatar la formación desde el hogar, reforzándolos en la escuela, a través de la incorporación de los padres y representantes al programa de “Escuelas de Padres”, en las que se les haga un seguimiento.

Así considera la especialista se podría hacer un buen trabajo, y también empleando igualmente los medios de información para la fomentación de esos valores, por medio de las redes sociales, televisión porque se hace necesario el rescate en las generaciones emergentes.




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