El Real Madrid acaba líder pese a perder ante el CSKA. / Foto: CORTESÍA @realmadrid

13 Dic, 2018 | Madrid. Bofetón y de los importantes. La dolorosa derrota ante el CSKA deja tocada la moral de un equipo que parece frágil e incapaz de superar las empinadas cuestas que siempre suponen los goles en contra cuando tienes tu marcador a cero.Pasó ante el Eibar y la historia, y el resultado, se ha repetido ante el equipo ruso, pero en el Bernabéu y en la Champions, algo que duele y mucho por la zona noble blanca.

Tras quince minutos de buen fútbol y de hasta cinco claras ocasiones, el gol de Chalov terminó con la moral y la resistencia de los madridistas, que pusieron una alfombra roja al equipo moscovita, para golear entre pitos de una afición que ha dejado de confiar en los suyos. Desde ese gol, ninguna respuesta, ni ningún indicio de poder dar la vuelta a un marcador que terminó siendo una afrenta para el madridismo, que pese a saberse primero de grupo, no soporta afrentas como la vivida, informó marca.com.

No hay defensa posible y Marcelo da la espalda a ese mal momento diciendo que está al ciento por ciento. Error. No hay autocrítica y los errores se repiten desde que se inició la temporada, cuando en campañas anteriores ha sido el jugador con más poder de desequilibrio del Real Madrid.

La segunda lectura de la dura derrota llega de la mano de los gestos y pitos de los aficionados. La Champions League es sagrada en este equipo y los seguidores llevan soportando muchas derrotas en lo que va de campaña, pero no soporta gesto de displicencia como es el de quedarse parado y no luchar. Y en la noche del miércoles se lo recordaron a Isco especialmente y a Marcelo.

La tercera lectura llega con el golpe recibido por el denominado plan B, el que parecía sacar la cabeza y reclamar sitio en el once. Nada que objetar a Asensio y su esfuerzo, pero otros han quedado tocados por culpa de la dolorosa derrota y la absoluta falta de reacción. Paso atrás, más allá del resultado. La moral vuelve a quedar tocada. La de los suplentes, La del técnico (las victorias se olvidan muy pronto), la de los dirigentes y la de la afición. Por algo el club blanco firmó la peor dolorosa en casa en la Copa de Europa.