19 Oct, 2018 | Si el parto original de tu piel, nace de los andares y huellas de tus pasos, a orillas, en las riberas de costas y ríos aborígenes; pincelando voces, llanto y encantos… ¿Sonreías? … ¿Amabas? Entonces, Indio, la Tierra es tuya. Este minúsculo terrón de vida te pertenece… ¡Claro que sí, sí!... Es que poco, nada hemos decidido, tú, por ti y, nosotros, por todos… Por el fuego que definitivamente, eres. Es que jamás decidimos aceptar que todo es fuego y no debe apagarse, no... Esa siembra que no podemos dejar de cosechar. ¡Nuestra sangre!... ¡La venezolanidad!
De no haber arribado el almirantazgo, iletrado y obstinado, gritándonos ¡Tierra! Para que entregáramos todo y, entregarnos, hincado de rodillas en medio de tantas interrogaciones. Excusas y tratados. ¿Para qué responsos y sermones? Látigo en nuestras espaldas… ¡Ay, Indio!.. ¡Ay!...

No puede ser que hayas sido tasajeado para el consumo y absorbido en bacanales de tantas hostias… Arribaron con sus enseñanzas, espadas, macanas y tumbas… Con su clero de ácidos y sequías! Cuando el verdor de las frondas, tubérculos olorosos a abejas, el humus de la cartilla, que, ni siquiera soñó con pupilas de odio. Cuando el cántico de los pájaros era un por qué silencioso, para no dispersar la vida. Despertar… ¡Ay, Indio, ni siquiera te diste cuenta de ello!... ¡Ay, amigo pájaro, animal, aire, luna…! Sol, padre, Sol, amigo leal y legítimo que no supiste de la vida callada, del silencio musical en lo que imaginas! Acaso, ¿callas porque es una forma de vencer? ¿Vencer el silencio?... ¡Ay, pájaros, Indio, ay, Tierra, lo mío, ay, niños! Dios no nos hizo los libros. Hizo los ríos y los océanos? ¿Por qué no te puso en ese instante la rebeldía aborigen en tu cerebro?… ¡Otros dioses los que arribaron!

Nuestra verdad aborigen y original es hoy, después de cada 12 de octubre, fecha feliz para los del almirantazgo… Detengamos la realidad ¡Ya es improrrogable! Ahí está a la intemperie, impúdica, lujuriosa, cínica y petulante. Pero, también moramos, nosotros; vivimos y, en aguarda. ¡Siempre en aguarda! Como gota de sudor que no entiende y ni siquiera exige un aplauso. Una nueva luz como la de su Sol esplendoroso y de brillos, aún, en sus ojos… ¡Como ese azul que se encabrita, a veces, y, de tanto dar se cansa ¡y arremete!... ¡Como ese volcán dormido que de nuevo abrió fuego como para despertarnos y decirnos… Hoy! ¿Hoy? …¿Cuándo?... ¡Ay, Indio, ay,
Venezuela!

Cada 12 de octubre, nuestra vergüenza reprimida- Se diría-
Día de la Raza… ¿Y, cuál?... ¡Vainas!

¿Azul?