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El opositor es el lobo de la oposición
Tan singulares opositores, en su mayoría, son muy buenos en el uso de las nuevas formas de comunicación, principalmente Twitter, desde donde caen a trancazos, sin ningún rubor en la escritura, a quienes no son santos de su devoción.
Carlos Villalba-Luna/ villalbaluna@gmail.com

25 Sep, 2018 | Si bien es cierto que en la oposición venezolana se agrupan individualidades, bandos y dirigentes contrarios al gobierno de Nicolás y a todo lo que huela a chavismo, castrismo o cualquier otro ismo de tinte comunista; no es menos verdadero que en ese vasto auditorio existen criterios disímiles en cuanto a la manera de salir de tan terrible régimen y también opiniones divergentes acerca de los líderes que sobresalen en el peculiar escenario.

Ahí además encontramos una “avis rara”, los opositores de la oposición; aquellos que si bien desafían al gobierno y muy especialmente muestran su tirria hacia Maduro, Diosdado y los hermanitos Rodríguez, son más feroces a la hora de criticar a los partidos que los adversan, y todavía más implacables frente a sus principales dirigentes. Éstos personajes nunca están conformes con lo que se haga por salir del mandatario, expresando un descontento muchas veces grosero y hasta escatológico, ante el accionar de los opositores ajenos a sus gustos personalísimos.

Así afirman que Capriles no sirve porque es queda’o y no defendió las presidenciales que según ganó a Nicolás, además de que ya fastidia con el tiempo de Dios es perfecto, mientras el chavismo parece eterno; María Corina tampoco es buena por ser sumamente agresiva y jugar cuadro cerrado, exigiendo apoyos cuando ella a nadie apoya; Leopoldo porque está preso por pendejo, al entregarse mansamente a Diosdado, pensando cándidamente que la gente se alzaría para sacarlo; Ramos Allup tampoco porque es muy viejo y es adeco, partido al que muchos de los que se pintan como independientes aborrecen de singular manera; Rosales porque ya perdió hasta en el Zulia y viene cuesta abajo en su rodada; y Falcón porque es una especie de esfinge, que nadie sabe si está de verdad con la oposición, mientras al mismo tiempo coquetea con el gobierno más que el pastor Bertucci.

Tan singulares opositores, en su mayoría, son muy buenos en el uso de las nuevas formas de comunicación, principalmente Twitter, desde donde caen a trancazos, sin ningún rubor en la escritura, a quienes no son santos de su devoción; y si bien incitan a salir rápido del gobierno, en su mayoría no asisten a los actos antimaduristas, aunque las concentraciones se hagan al frente de sus casas. Otros de su especie se conforman con tuitear desde la comodidad de sus hogares y oficinas; ya estén instalados aquí en Venezuela o en el exterior, dándose el tupé de ordenar qué hacer a quienes estoicamente, bajo muchas penurias, soportan en el país los embates del gobierno.

Algunos de ellos, dominados por la osadía de la ignorancia o la pedantería de la autosuficiencia, se consideran oráculos de interpretación política, enervándose ante cualquier objeción cuando sus santas palabras no sean puestas en relieve o tomadas en magna consideración por los pendejos o súbditos que creen tener aquí. En fin, dignos ejemplos de la frase “el hombre es el lobo del hombre”, aunque sería más adecuado decir, en el caso, en Venezuela el opositor es el lobo de la oposición.




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