Los ajíes margariteños tienen un sabor y forma única. / Foto: CORTESÍA

20 Sep, 2018 | El ají margariteño es un rubro autóctono del estado Nueva Esparta y su preservación es importante para todos. En los últimos meses los cultivos han mermado en la región insular debido a un ácaro polífago que afecta su desarrollo en la etapa de crecimiento, por lo que los conuqueros de la Isla han decidido dejar de sembrarlo.

Una de las personas que ha trabajado más por la preservación de este fruto es el ingeniero agrónomo Héctor González, quien promueve un fitomejoramiento participativo para incrementar la agrobiodiversidad en Margarita. Desde el año 2011 impulsa este proyecto en la finca Paraguachoa, donde han hecho una selección a detalle del mejor tipo de ají margariteño.

Este estudio lo comenzó porque el patrimonio fitogenético estaba en peligro, por lo tanto se deben preservar las semillas de este rubro para asegurarlo y que todas las generaciones futuras puedan disfrutar de este delicioso fruto que tiene un rol protagónico en la gastronomía margariteña.

Relató, a modo de anécdota, que el chef Rubén Santiago lo ha acompañado durante esta investigación y según él a su famoso pastel de chucho le puede faltar el chucho, pero jamás el ají margariteño.

Héctor González, ingeniero agrónomo e investigador. / Foto: CORTESÍA

González comentó que el estudio que adelanta ha permitido que se estrechen lazos entre los agricultores y los investigadores, quienes los han educado en la importancia de producir semillas.

Aseguró que el ají margariteño tiene diferentes características dependiendo de la zona en la que sea cultivado. A su juicio, los mejores están en la zona de Guacuco, al parecer el hecho de que estén sembrados frente al mar les otorga una condición especial, aunque es solo su punto de vista como investigador y como catador de todos los ajíes sembrados en territorio neoespartano.

El investigador manifestó que es de vital importancia que en la isla de Margarita se mantenga la tradición de la siembra y recomendó a los que trabajan la tierra seguir los pasos de sus ancestros y no caer en técnicas novedosas que resultan ser catastróficas una vez que son aplicadas en terrenos con características como los de la región.

Asimismo, les pidió que no se traigan semillas de otras zonas, sino que utilicen las de aquí, producidas por ellos. Además, les recomendó que tengan un programa de alimentación para sus plantas, para que estas crezcan sanas y obtengan la resistencia a ácaros y plagas que las puedan atacar en un futuro.

Siembra

El ingeniero agrónomo Héctor González dijo que la plaga que afecta a las siembras de ají margariteño es un ácaro polífago y dijo que investigó cómo contrarrestarlo. A su juicio se trata de un problema de manejo, pues el ácaro no se desplaza por sí solo, sino por vectores.

Enfrentó el ataque con fertilizantes como el polisulfato, que se usa desde hace 300 años. Dijo estar a la orden para dictar charlas a los agricultores para mostrarles cómo atacar esta plaga.