17 Ago, 2018 | En los habituales sitios de encuentro de la actualidad, me refiero a las colas, que nada sabrosas son, a pesar de lo lamentablemente expresado en una oportunidad por Jackeline Farías, los venezolanos centramos nuestras conversas en el 20 de agosto. Por un lado, mucha gente cifra sus esperanzas en un cambio a fondo, en una especie de voltereta, que coloque a la mayoría de la gente por encima de una minoría especuladora que se ha enriquecido sobre la base del hambre de los más pobres.

Por otro lado, un sector que considera que todo es una trampa del gobierno para mantenerse en el poder. Hay un tercer grupo, creo que la mayoría, que se mantiene a la expectativa, pues siente que el gobierno les ha mentido demasiado. En particular, me ubico en este grupo, y mis dudas crecen en la medida que escucho a un Jorge Rodríguez, por ejemplo. He leído varios artículos a favor de las medidas anunciadas hasta ahora por el presidente.

Algunas opiniones son tan entusiastas que todo pareciera un milagro religioso. Algo así como la concreción en la realidad del dicho "Dios proveerá". Lo preocupante no es que la gente lo asuma como un milagro, sino que a veces percibo que el propio Nicolás Maduro también espera una especie de milagro y deja de lado el tema de la lucha de clases. Olvidar al enemigo para confiar en Dios puede llevarnos a una gran decepción.

He leído lo del anclaje del bolívar al petro. No lo termino de entender. Siento también allí el peso de lo religioso, de la fe, de la buena voluntad de sus defensores. Bueno, aclaro que no sé de economía. Lo que sí sé es que la fe hasta ahora no ha movido ni una lomita. También entiendo que Dios pareciera estar más cerca del imperialismo que de los pueblos.

Dentro de esta expectativa llena de dudas, hay algo que nos anima. Se trata de la reacción de la oposición, en especial de sus especialistas. Percibo a través de sus palabras que no tienen idea de lo que pueda pasar a partir del 20 de agosto. Uno de estos especialistas, por ejemplo, denunció como grave que el gobierno oculte con la reconversion el aumento del pasaje urbano. Esa no la entendí.

Acabó de leer un informe dodne un grupo de opositores expresan su preocupación porque para tomar las nuevas medidas económicas, el gobierno ha incrementado las sesiones con los babalaos en Miraflores. Igual alivia el llamado a salir a la calle a protestar contra el precio de la gasolina antes del 20 o el llamado a un paro nacional para el mismo lunes 20 o el apuro para que se encane a Nicolás Maduro en las próximas horas. Todas estas acciones parecieran promovidas por el chavismo infiltrado en la derecha.

Lo cierto es que esperamos el 20 de agosto, todavía con esperanzas, en especial cuando alguien que no es santo de mi devoción, pero con un peso fundamental en el gobierno, como lo es Diosdado Cabello, opina que "ni un dólar para los empresarios especuladores".

Eso sí pondría la vaina interesante. Sería el primer paso para un "o corremos o nos encaramamos".