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Compasión
Las personas inconscientes, las personas que se sienten solas buscan al otro, porque están inquietos, porque necesitan un complemento; cuando están solos sienten melancolía, no están plenos, se aferran al otro, se apegan, tienen siempre miedo de que la pareja pueda irse.
Julio Machillanda

17 Jun, 2018 | La palabra compasión es hermosa. Está compuesta de la misma palabra pasión. Cuando la pasión se transforma, cuando deja de ser un deseo por el otro, cuando está dentro de ti, y no afuera como un sentimiento, cuando no necesitas a nadie para expresar tu pasión, cuando el deseo por el otro se ha evaporado, cuando eres totalmente feliz, dichoso, simplemente estando contigo mismo, entonces la pasión se convierte en compasión. Ahora no buscas al otro porque te sientes vacío y en desolación, ahora buscas al otro porque te sientes demasiado lleno y quieres compartir.

Las personas inconscientes, las personas que se sienten solas buscan al otro, porque están inquietos, porque necesitan un complemento; cuando están solos sienten melancolía, no están plenos, se aferran al otro, se apegan, tienen siempre miedo de que la pareja pueda irse.

Los maridos tienen miedo, las esposas tienen miedo, los padres tienen miedo, los hijos tienen miedo, todos tienen miedo, inclusive tus maestros religiosos tienen miedo de que sus discípulos los abandonen, y así conceden y transigen con sus discípulos, esto es algo realmente irónico: ¡los llamados maestros necesitan seguidores, porque sin seguidores no son nadie! Igual que los políticos, entonces el seguidor es quien dicta las pautas, él dice haz esto, di esto, compláceme. Por supuesto, solo te respetaré si sigues las pautas mías; pareciera un contrato.

El maestro es alguien que no sigue a sus seguidores, que no transige de ninguna manera porque no lo necesita. Si hay seguidores o no, no importa, yo me sigo a mí mismo; si a alguien le gusta el camino está bien, acompáñame, pero hasta allí.

El maestro también busca al otro, pero no por necesidad, lo busca para compartir su sabiduría, lo busca no por pasión sino por compasión; no es una necesidad, por lo tanto él no poseerá. No es una necesidad, de hecho es todo lo contrario, es abundancia.

La pasión es necesidad, la compasión es abundancia.




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