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19 de abril de 2024





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Branco, el "agua bendita" y la Copa
El lateral izquierdo de fuerte pegada contó su experiencia en tres Mundiales. Fue campeón mundial en Estados Unidos '94.
Jesús Enrique Leal | @JesusELealO

Foto: ARCHIVO

"En mi pueblo, Bagé, el alcalde declaró tres días de fiesta (luego de ganar el Mundial en 1994)", dijo Branco. / Foto: ARCHIVO

22 Jun, 2018 | Branco fue un lateral izquierdo con una pegada extraordinaria, velocidad por las bandas y pese a ser un defensor, el gol nunca le fue ajeno. Formó parte de una transición en el fútbol brasileño entre la retirada de Zico, Sócrates, Paulo Falcao y compañía a fines de los ochenta, y la aparición de Bebeto, Romario, Dunga, entre otros, a comienzos de los noventa, que ganarían el Mundial en 1994.

La oportunidad de hablar con el tetracampeón del mundo surgió en la disputa del Campeonato Suramericano sub-17 en 2005, jugado en nuestro país. Con varios kilos de más y vestido "de civil" lo encontramos como coordinador de las categorías juveniles de Brasil. Luego estuvo como coordinador técnico del Fluminense y logró llevar al equipo al subcampeonato de la Copa Libertadores en 2008. Entrenó a Figueirense, Sobradinho y Guaraní.

Recordó su primera participación en la competición del planeta de modo especial por su juventud. "Con 22 años jugué (en México '86) entre una gran cantidad de estrellas. Aprendí mucho con ellos y luego pude aprovecharlo como profesional". Con aquel conjunto llegó a Cuartos de Final, eliminados en penales por Francia.

Acerca del técnico que más lo marcó en su carrera, explicó: "Telé Santana era un señor del fútbol. Me dio la oportunidad en 1986, pese a ser muy joven. Se lo agradeceré toda la vida porque me ayudó a madurar como futbolista". Tanto fue así que en el partidazo por Cuartos de Final frente a los galos le tocó cobrar un tiro en la ejecución de penales. "Me tuvo confianza. Me pidió que lanzara un penal, a pesar de que yo era uno de los más jóvenes del equipo. Tuve suerte y marqué".

El agua bendita

Aún sigue viva la polémica del "agua bendita" en el Mundial de 1990 en Italia. En esa edición los canarinhos quedaron eliminados en Octavos de Final.

En el partido de esa edición contra Argentina, Branco fue objeto de uno de los más polémicos instantes en los Mundiales y que durante años nadie daba por seguro hasta que los protagonistas hablaron del tema.

El director técnico albiceleste Carlos Salvador Bilardo tenía preparados dos botellones de líquido, uno con agua y el otro combinaba el vital líquido con un somnífero o como lo llamaban: el "agua bendita". Ante el intenso calor en la ciudad de Turín, Branco se acercó para beber agua que tenían los argentinos y le dieron la botella con el "agua bendita". "Tomé y me sentí atontado", cuenta.

Agregó: "después de un tiempo me encontré a Bilardo en Guatemala y le dije: 'desgraciado, ¿qué me quisiste hacer?'. Y él me contestó: 'Branco, en el fútbol vale todo'. Lo asumí con gracia porque lo respeto mucho como técnico, pero creo que las reglas tienen un límite".

José Horacio Basualdo, integrante de aquella selección albiceleste, fue el primero en referirse al tema abiertamente y, tiempo después, los mismos Bilardo y Diego Maradona lo reconocieron.

Pero con caballerosidad, Branco reconoció que "eso no influyó en el resultado. Argentina ganó por una jugada genial de Maradona". Hay quienes dicen que esa historia fue exagerada. Que simplemente Branco estaba descompensado por el calor y la deshidratación, por lo que los argentinos le siguieron el juego a su suposición. Después de todo, muchos preguntan: ¿será que a Bilardo se le acabó la pócima para la Final que perdieron con Alemania Federal?

El triunfo

"Llegado el Mundial de 1994 (en Estados Unidos) ya había madurado mucho. Teníamos un buen grupo. Al ganar la corona mundial nos convertimos en parte de la historia del fútbol en Brasil y eso es mucho decir", señaló el tetracampeón.

Al hablarle sobre su momento relegado a la banca en ese torneo por el buen nivel de Leonardo, lo recuerda con gran madurez. "Yo tenía inflamado el nervio ciático y el cuerpo médico recomendó que jugara Leo. Lo importante era el equipo".

Para mala suerte de Leonardo y buena de Branco, el primero fue expulsado en el juego de Octavos de Final contra Estados Unidos por un golpe a un rival y fue sancionado por el resto de la Copa. Y como si los dioses del fútbol lo bendijeran, Branco volvió a la titularidad en Cuartos contra Holanda.

"Ganábamos 2-0, pero Holanda logró remontar y empató la contienda. Cuando faltaban nueve minutos me quedó un tiro libre (desde unos 30 metros), le pegué con todo y tuve la suerte de marcar un gol que dejó huella en mi carrera".

"Todavía hoy, años después, a cualquier sitio que voy en Brasil los fanáticos me siguen felicitando por ese gol". No duda del mejor momento de su carrera en las canchas. "Esos tres segundos desde que le pegué el balón hasta que entró significó el gol de mi vida".

Agregó que "la prensa brasileña decía que no estaba en condiciones de jugar y me presionó muchísimo, pero yo contaba con el apoyo del cuerpo técnico, médico y de mis compañeros".

"Les había dicho que el día que volviera al equipo iba a marcar un gol en su honor". Y vaya que sí cumplió. Con ese tanto, el camino quedó expedito para que Brasil levantara su cuarta copa del Mundo al vencer en penales a Italia y con él anotando uno de los goles desde el manchón.

Lo primero que pensó al posar las manos sobre el trofeo fue: "¡cómo pesa!, es de oro macizo y pesa mucho. Nunca creí que llegaría a tocarlo y mucho menos a ganarlo. Pero llegó nuestro momento y lo conseguimos".




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