20 May, 2018 | Paciencia. Hemos olvidado cómo esperar, es casi un asunto que no existe ya, y nuestro tesoro más grande consiste en esperar el momento apropiado.

Toda la existencia espera el momento apropiado. Hasta los árboles saben cuándo ha llegado el momento de florecer y cuándo ha llegado el momento de caer las hojas y permanecer desnudos frente a la existencia. Ellos aún son hermosos ante esta desnudez, esperan el nuevo follaje con una gran confianza de que lo viejo se ha ido y lo nuevo vendrá pronto y las nuevas hojas comenzarán a crecer. Hemos olvidado cómo esperar, queremos todo de prisa, es una gran pérdida para la humanidad; en el silencio y la espera, algo dentro de ti continúa creciendo y un día salta y se convierte en una llama y toda tu máscara, toda tu personalidad, se hace pedazos. Eres un hombre nuevo y este hombre nuevo sabe lo que es la ceremonia. Este hombre nuevo es la savia eterna de la vida.

Escuchar. Es uno de los secretos básicos para entrar en el reino de Dios. Escuchar significa pasividad, significa olvidarte de ti completamente, solo entonces puedes escuchar, cuando escuchas atentamente a alguien te olvidas de ti mismo; nunca escucharás si estás pendiente de ti, simplemente aparentas que estás escuchando, pero no escuchas; puedes asentir con la cabeza, y puedes algunas veces decir sí o no, pero no estás escuchando.

Cuando escuchas, tú te conviertes simplemente en un canal, en un receptor, y solo puedes recibir a Dios cuando eres un receptor. Escuchar es el arte de volverse pasivo.

Astucia. No seas astuto, de otra forma continuarás siendo lo mismo, no cambiarás. La astucia en el camino del amor, creará en ti mucha confusión, no te ayudará. Intentas astutamente llegar a acuerdos, transigir para lograr tus propósitos y esto no va a ayudar en nada, porque la base es la astucia; te reprimes para alcanzar objetivos.