18 May, 2018 | Cuando los ojos llenos de asombro de los habitantes originarios de estas tierras se posaron en aquellos hombres altos, de extrañas vestimentas, con pinta de malandros, se abrieron a la amistad, al abrazo. Cuando los invasores mostraron su violencia criminal, los habitantes originarios de estas tierras lucharon en defensa de lo suyo. Asumieron que la vida de los pájaros, de los peces, de los frutos de la tierra eran de propiedad colectiva, por lo tanto la privatización de los mismos les privaba de libertad a todos.

Cuando los negros llegaron como esclavos a estas tierras, aceptaban su destino como un mandato de Dios. Pronto empezaron a abrir los ojos, comprendieron que Dios era usado por los amos para partirles la espalda y se alzaron con voces y armas
rudimentarias.

Cuando varios descendientes de los invasores, de tanto juntarse con indios y negros, de tanto leer de libertades, consideraron que era ridículo vivir bajo el mando de una “corona”, pidieronla independencia y lucharon por ella.

Hemos sido amistad, abrazo, pacifistas, amorosos, pero también bravos luchadores. Hemos abierto los brazos a quienes llegan de otros países, pero no hemos cedido ante los imperios que han querido someternos. Hemos acerado nuestro espíritu libertario, nunca nos hemos prestado a las intervenciones en otros pueblos. Sólo hemos sumado nuestras fuerzas a la liberación de nuestros vecinos.

Nunca hemos prestado nuestro suelo para que ejércitos foráneos agredan a los países, ni hemos consentido bases militares de imperios poderosos; a pesar de que en lo interno hemos cargado con traidores. Hemos sido hermanos incluso de aquellos que pretenden vendernos a un imperio.

Somos amantes de la música, de la rumba, de las artes, de las letras, de la naturaleza, del vuelo de los pájaros, del amor, de la libertad, de construir en colectivo, de la tolerancia y la diversidad, del debate y la convivencia.

Somos irreverentes. No nos agradan los emporios, tampoco los reyes, emperadores o zares. Nos hemos negado al uso del lenguaje servil ante la persona que por jerarquía organizativa está por encima. Cuando nos toca divertirnos, lo hacemos a fondo; al momento de la lucha, de la resistencia, del debate... lo hacemos a fondo también.

Como amantes de la paz nos hemos negado a caer en el campo de la violencia. Quemar, asesinar, agredir a alguien por su color, su posición política o la ropa que lleva es ajeno a lo que hemos sido siempre. Se trata de una vinevia impuesta desde afuera a través de los grandes medios. Lo nuestro es la paz, el abrazo, el gesto solidario.

Somos lo que hemos construido desde nuestras raíces, por eso rechazamos la injerencia extranjera. Por eso debemos votar el domingo 20 de mayo, para seguir siendo nosotros, con nuestras diferencias.