22 Abr, 2018 | Un maestro no te enseña a hablar, te enseña a sentir, un maestro no te da información, te quita creencias que te alejan de la verdad, que te alejan de tu ser, que te alejan de Dios.

El maestro está para descubrirte, no para taparte con capas de ego y revelarte la profundidad interna que es la paz.

No vayas a un maestro buscando nuevas ideas, nuevas formas de expresarte, nuevas técnicas, no vayas para subir tu autoestima, solo preséntate con la copa vacía, por eso al intelectual le es muy difícil desnudarse para llegar a su centro, porque tiene muchos abrigos de conocimientos y siempre está polemizando, perdiéndose la esencia de la sabiduría.

Toda la esencia de lo que somos está en el silencio de nuestro ser, no en la escandalosa mente.

Una de las características del silencio es la paz interior, de modo que a medida que la vayas sintiendo sabrás que te estás acercando a la fuente divina de Dios.

Estos artículos no son para leerlos de un solo tirón, sino para guardalos y releerlos.

Cuando perdemos el contacto con nuestro ser perdemos contacto con nosotros mismos, nos sentimos inquietos, desaparece la paz, nos invade el estrés.

La paz es nuestra naturaleza pero la hemos perdido, porque somos naturaleza disfrazados de personas, pero nos hemos identificado con el disfraz, con la máscara.

El ruido externo es simplemente la proyección de tu ruido interno del pensamiento. El silencio externo es tu paz interior.

Cuando quieras silencio en lo que te rodea escúchalo, préstale atención, y se manifestará la quietud porque solo la quietud te permitirá estar consciente del silencio.

Observa que en el momento de darte cuente del silencio que te rodea, no puedes pensar. Eres consciente pero no piensas.

Estar en el presente es estar consciente, sales de la mente y de miles de años de condicionamiento colectivo humano.

Medita e irás a espacio de vacío y silencio, el reino de la paz, donde está tu dios, tus maestros, donde se encuentra tu consciencia.